El siempre ruidoso Moda Center de Portland pudo disfrutar del duelo más intenso de la hasta ahora dispareja serie entre Blazers y Clippers. El trío de futuro del equipo de Terry Stotts formado por Damian Lillard (32 puntos), C.J. McCollum (27 puntos) y un sorprendente Mason Plumlee (6 puntos, 21 rebotes y 9 asistencias) ilusionó para disipar algunas dudas sobre unos Blazers que habían perdido por al menos 20 puntos en los dos primeros partidos de la eliminatoria.
Los Clippers volvieron a contar con un combativo Chris Paul que acabaría con 26 puntos y 9 asistencias, además de una técnica y que también estaría a punto de recibir una falta flagrante por una dura falta a C.J. McCollum. La intensidad de Chris Paul, pero, no fue correspondida por un flojo banquillo o por un Blake Griffin que volvió a acusar la inactividad de los últimos meses de la temporada regular.
RELACIONADO: McCollum, elegido ‘Jugador más mejorado’
Una de las claves del triunfo de Portland estuvo en C.J. McCollum. Considerado como el jugador más mejorado de la NBA por el 77.7% de los votantes para ese premio (récord histórico), el escolta no había sido un factor relevante para su equipo en los dos primeros partidos. De hecho, en el Game 3 McCollum acabaría superando la anotación conjunta de los duelos de Los Angeles (25 puntos en total), dejando a la vez más libertad para un Damian Lillard que volvió a estar a un nivel soberbio. Los 32 puntos del base, con un 50% de acierto en tiros de campo y un perfecto 9/9 en tiros libres, le sirvieron para ganar por primera vez la batalla a Chris Paul.
CP3 y poco más
El eterno base All-Star fue el de siempre. Siempre peligroso en ataque y siempre una pesadilla para rivales y, sobretodo, árbitros. Chris Paul peleó cada balón y cada decisión arbitral para intentar salvar un partido en el que sus Clippers estuvieron por debajo durante la mayoría de los minutos. El equipo de Doc Rivers, pero, volvió a encontrarse con algunos problemas habituales. El banquillo flojeó una vez más y Blake Griffin notó el óxido de su inactividad, siendo muchas veces superado por la mayor potencia hoy por hoy de Moe Harkless y, sobretodo, Mason Plumlee
¿De dónde ha salido este Plumlee?
No era un nuevo hermano salido de la factoria de Duke. Todos conocíamos la potencia de Mason Plumlee en la pintura y su capacidad reboteadora. En Portland, además, el pivot ha mejorado sustancialmente su visión de juego, aunque sin hacerle sombra todavía al mejor interior distribuidor que haya vestido la camiseta de los Blazers, aun en su declive físico: Arvydas Sabonis. Hoy fue otra cosa. Plumlee dio un recital de juego e incluso se permitió en algunas posesiones ejercer de mariscal de campo subiendo el balón con solvencia de cancha a cancha. Sumado a su gran noche en los tableros, Plumlee acabó con 6 puntos, 21 rebotes y 9 asistencias. Unos números fascinantes que hablan claramente del impacto que el campeón del Mundo con Estados Unidos en España 2014 tuvo más allá de su anotación.
Hay vida en Portland
La serie a priori más igualada del Oeste había decepcionado. Los jugadores claves de los Blazers (especialmente Lillard) no habían conseguido dominar en ningún momento y el banquillo de los Clippers se había encontrado con muchas más facilidades de las previstas para no perder o incluso aumentar las ventajas logradas por la primera unidad. Lo de hoy puede marcar un punto de inflexión, especialmente si Blake Griffin sigue sin convertirse en un peligro real. El consuelo para Clippers, aparte de tener a un Chris Paul en estado de gracia, sigue siendo que la ventaja en la serie y el factor cancha siguen de su lado.