Victoria de infarto para unos New York Knicks que salieron airosos de Indianápolis (109-106) para obtener su 7ª victoria consecutiva gracias a un inspirado Jalen Brunson, y a un impasible Julius Randle, que convirtió 4 tiros libres consecutivos en los últimos segundos.
Brunson, máximo anotador de la noche con 30 puntos, asumió los galones y con apenas un minuto para el final metió a los Knicks otra vez en el encuentro gracias a un triple convertido y a un posterior robo de balón que transformó en canasta.
El base finalizó con un 11/22 en tiros de campo y un perfecto 3/3 en triples y un 5/5 desde la línea de tiros libres. Por su parte, Randle obtuvo su 13º doble-doble de la temporada regular con 25 puntos y 14 rebotes, y el canadiense R.J. Barrett concluyó con 24 tantos.
«Seguimos peleando. Tenemos confianza, pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Tenemos que seguir concentrados, No podemos relajarnos. No podemos tener días malos», reconoció Jalen Brunson a ESPN.
Mención especial para Mitchell Robinson, muy serio en defensa y activo en el rebote ofensivo. El pívot agregó 10 puntos, 13 rebotes, 2 asistencias, 1 robo y 4 tapones en 32 minutos de juego. Además, hizo historia en los Knicks con 500 tapones en su carrera, el 4º en la lista de históricos de la franquicia neoyorquina.
En los Pacers, Buddy Hield y Aaron Nesmith fueron los más destacados con 23 puntos cada uno; Tyrese Haliburton aportó un otro doble-doble con 14 tantos y 10 asistencias, y el novato Ben Mathurin obtuvo 15 puntos.
Y buenas noticias para Rick Carlisle que recuperó al joven Chris Duarte, de baja desde el pasado 4 de noviembre. El base de 25 años sumó 6 puntos y 2 rebotes partiendo desde la segunda unidad.
«Ahora mismo Nueva York es tan bueno como cualquier otro equipo de la NBA», señaló Carlisle. «Ha sido un gran partido de baloncesto. Muy competido. Se redujo a márgenes muy estrechos en las jugadas finales del partido. Ellos tuvieron grandes acciones y nosotros no», concluyó.
(Fotografía de portada: Andy Lyons/Getty Images)