Se nota en el ambiente. Por surrealista que sea la situación, los Nets como conjunto y sus jugadores como individuos no pueden evitar sentirse felices con la vuelta al ruedo de Kyrie Irving. Sonrisas cómplices, saludos de hermandad y dinámicas en pista desvelan que él quiere agradar y Brooklyn quiere agradarle a él. Con un ambiente así, que debería estar enrarecido y sin embargo es lustroso, resulta lógico que la franquicia guarde esperanzas sobre verlo todos los días. Y así lo hace saber Adrian Wojnarowski en su última intervención para SportsCenter, reiterando que la franquicia espera que Irving pueda acabar jugando los partidos de casa antes de finalizar la actual temporada.
Después de firmar uno de los partidos más convincentes de la temporada ante los Bulls a James Harden le volvieron a hacer la misma pregunta de todos los días: ¿Veremos a Kyrie Irving jugando en casa? La respuesta fue menos rutinaria. «Le vacunaré yo si es necesario» decía Harden con sorna antes de levantarse entre risas. Hasta ahora la conjura en el entorno de Brooklyn era no presionar al jugador y dejarle tomar sus propias decisiones. Aunque a La Barba le ha costado seguir el guion un poco más que a Kevin Durant. Pero ahora la broma está permitida, y entronca con esa felicidad con la que parece que los Nets se reencuentran en cada partido como visitantes.
El comentario de Woj vino acompañado de ciertas voces que apuntaron a la posibilidad de que los Nets pagasen una multa por hacer jugar a Kyrie en los estados cuyas restricciones no permitan su participación. Hasta ese punto llega el cinismo con respecto a la franquicia después de dar su brazo a torcer con el regreso de Irving a los partidos fuera de casa. No obstante, el mismo Wojnarowski ha desmentido esta posibilidad, ya que no está permitido este ‘soborno’ bajo ningún medio.
La cuestión es la siguiente. ¿La esperanza de los Nets surge de la posibilidad de que Kyrie Irving termine vacunándose o de un cambio en la legislación neoyorquina? Hace unos días pensar lo primero hubiese sido un disparate. Pero Irving deja rendijas para la especulación. «Me costó aceptar la ausencia. Sentía que me estaba perdiendo algo. Veía los partidos y era como beber algo que no quieres beber. Quería estar con los chicos». Por muchos prejuicios que le rodeen, Kyrie Irving también está dotado de sentimiento de pertenencia. No habría mayor rúbrica que dar de lado sus férreos valores por el bien del grupo. Aunque sigue siendo la opción más recóndita. Los ideales de Kyrie no están hechos del material de los de Beal o Wiggins.
Es más esperable que los Nets guarden sus esperanzas en la segunda parte de la pregunta. Siendo cierto que la pandemia pasa o ha pasado por un acuciado pico de contagios por culpa de la variante Omicron, también es verdad que estos han sido mucho más controlables a nivel sanitario. Incluso en un país como Estados Unidos, donde el porcentaje de ciudadanos sin vacunar excede ampliamente a lo que podemos ver en Europa. Demostrado que la vacuna funciona mejor reduciendo los riesgos de la enfermedad que disipando los contagios, cabe esperar que algunos estados comiencen a mostrarse más laxos con las restricciones de aquí en adelante. Hasta entonces, a Irving le quedan por delante 19 partidos por disputar de los 22 que los de Steve Nash enfrentarán como visitantes.
(Fotografía de portada de Andy Lyons/Getty Images)