Los Pacers rozan la clasificación ante unos Bucks en cuadro

Los Indiana Pacers se han quedado a un paso de ganar su primera eliminatoria de playoffs desde el año 2014. El cuadro de Rick Carlisle, quien lleva incluso más tiempo sin vencer en la postemporada (2011), se ha colocado con una ventaja de 3-1 tras doblegar por 126-113 a Milwaukee, que tras rozar el triunfo en un agónico Game 3 no pudo volver a pelear por la victoria por diversos motivos. El primero de ellos, la notable cantidad de ausencias; el segundo, el descomunal acierto de los locales.

Los Pacers terminaron el choque con un 22/43 en el triple, desde el que castigaron continuamente a unos Bucks que demostraron un gran aguante para los golpes pero que, tras recibir tantos, acabaron siendo doblegados. No hubo un solo tramo de la noche en la que Indiana no fuese absolutamente letal desde el perímetro, con prácticamente toda la plantilla pasando por grandes tramos de acierto y convirtiendo un tiro tras otro para mantenerse al frente. Per si hubo alguien que brilló especialmente en este sentido, ese fue Myles Turner.

El lanzamiento exterior del pívot ha venido siendo muy importante durante la serie, pues, con un center tan rígido como Brook Lopez delante, ha sido un tiro que ha estado ahí para él desde el primer choque. Pero sin embargo, nunca lo había usado tanto como en esta ocasión. Con un 7/9, aprovechó cada jugada en la que el de los Bucks se hundía en exceso en la defensa del bloqueo directo o se iba a la pintura a proteger el aro para penalizar el espacio concedido, y cuando Doc Rivers trató de ajustar sus rotaciones defensivas para que no lanzara solo, ya fue demasiado tarde. Su muñeca ya estaba activada, los exteriores que llegaban a puntear no tenían el tamaño suficiente para molestar el lanzamiento, y nada pudo impedir que se fuera hasta los 29 puntos con un recital en esta materia.

El calvario de Milwaukee

No obstante, sin restar mérito a los Pacers, es innegable el peso que tuvieron las ausencias visitantes en el choque. Sin Giannis Antetokounmpo, que sigue progresando día a día pero aún no está listo, ni Damian Lillard, que terminó tocado el Game 3, el duelo ya se antojaba muy cuesta arriba para los de Doc Rivers, pero la cosa no terminó ahí. Bobby Portis se enganchó con Andrew Nembhard en la lucha por un rebote y, tras propinarle un empujón, fue expulsado a los 7 minutos el día que más necesaria era su anotación. Y por si fuera poco, Khris Middleton y Patrick Beverley abandonaron el parqué cojeando a lo largo de la noche, aunque ambos lograron volver a terminar el encuentro.

Cualquiera diría que entre el festival triplista de unos y el festival médico de otros este partido tendría muy poca historia, pero lo cierto es que los Bucks se aferraron a él todo lo que pudieron y llegaron a mantenerlo muy parejo casi hasta el final. Con Khris Middleton tirando del equipo como pudo, Brook Lopez sumando puntos en la pintura, Malik Beasley recuperando su acierto exterior, y Andre Jackson Jr. siendo el alma desde la defensa, los visitantes lograron plantear un choque parejo y responder casi a cada parcial local, incluido el que llevó la diferencia hasta los 17 tantos en el tercer cuarto. Pero, por noble que fuera sus espíritu, las limitaciones de la plantilla sin sus dos grandes estrellas son las que son, y les fue imposible evitar un peligroso 3-1.

Si Giannis y Lillard regresan para el quinto choque, que se disputará de nuevo en Milwaukee, tal vez la serie pueda cambiar el rumbo, pero ahora mismo todo parece dispuesto para que los de Wisconsin caigan en primera ronda por segundo año consecutivo. Esta vez, de forma mucho más comprensible, pero no por ello menos dolorosa.

(Fotografía de portada: Emilee Chinn/Getty Images)


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