Son días de excitación en Nueva Orleans. David Griffin apenas puede contener la emoción ante la conjunción de talento que ha logrado aglutinar el equipo que capitanea. Pero tener grandes jugadores como Zion Williamson, Brandon Ingram y C.J. McCollum también implica un desembolso importante. Los Pelicans, antes Hornets, nunca han pagado impuesto de lujo desde su creación. Dudoso honor que tan solo comparten con Charlotte en toda la NBA. En la actualidad esto solo es posible gracias a que Zion mantiene su contrato rookie previo a la extensión. La cual entrará en vigor en junio de 2023. Algo que a Griffin no le importa demasiado. «Cuando sea necesario apostarlo todo, pagaremos [el impuesto de lujo]» asegura el directivo.
En la misma rueda de prensa, atenta a las palabras de su presidente de operaciones, estaba Gayle Benson, propietaria de la franquicia desde el fallecimiento de su esposo Tom en 2018. A la familia Benson usualmente se les ha tachado de derivar toda su atención a los Saints de la NFL que también tienen bajo su control. Aunque esta es una tendencia que viene cambiando en los últimos años con la construcción de infraestructuras y la renovación del staff.
Lo expuesto por David Griffin es un secreto a voces después de la renovación de C.J. McCollum por dos años más y 64 millones de dólares. Esto hará que la franquicia tenga comprometidos ya 159 millones de dólares para la temporada 23-24. En esa temporada la barrera del impuesto de lujo está marcada en los 162 millones, lo cual hace casi imposible que no acaben pagándolo entonces o, como tarde, el año siguiente.
(Fotografía de portada de Sean Gardner/Getty Images)