Los Phoenix Suns no tuvieron piedad de los jóvenes Rockets y se hicieron con su octava victoria consecutiva por un aplastante 89-115. El cuadro de Arizona, el más en forma de la NBA actualmente, sumó así con su noveno triunfo del curso, manteniendo la segunda plaza del Oeste y aprovechando la derrota de los Warriors en Charlotte para recortar distancias. Houston, por su parte, continúa en el último puesto sin levantar cabeza, pues han perdido los últimos 11 partidos que han disputado.
La enorme diferencia entre ambos equipos no tardó en hacerse notar, y, aunque los texanos aguantaron relativamente cerca hasta el descanso, fue solo cuestión de tiempo que Phoenix terminase escapándose en el marcador. Los de Monty Williams fueron prácticamente todo el partido por delante, y, salvo pequeños parciales favorables para los locales, nunca dejaron de hacer crecer su ventaja hasta permitirse un cierre de partido de lo más cómodo. De esta forma, ninguno de sus jugadores importantes necesitó disputar demasiados minutos, lo que les ayudó a descansar de cara a encuentros venideros.
Devin Booker, con 26 puntos, terminó como máximo anotador, aunque lo cierto es que se fue apagando tras un gran inicio que le permitió encestar 16 tantos en el primer cuarto. De ahí en adelante, el escolta firmó una actuación más discreta y se quedó en un mejorable 9/23 en tiros de campo, aunque logró 6 asistencias y 5 rebotes para redondear su actuación global.
Quien también destacó fue JaVale McGee, titular de nuevo en ausencia de Ayton, que aprovechó mejor que nunca dicha presencia en el quinteto inicial para firmar su primer doble-doble del curso. El pívot terminó con 19 puntos y 14 rebotes, 7 de ellos en ataque, haciendo mucho daño a los Rockets en la pintura y evidenciando la debilidad de estos en diversos apartados del juego. Por otro lado, Chris Paul terminó con 15 tantos, mientras que Mikal Bridges llegó a los 14 y Cameron Payne lideró la segunda unidad con 13.
En Houston, Christian Wood fue el hombre más destacado con 17 puntos y 8 rebotes, seguido por los 12 que anotaron tanto Jalen Green como Kevin Porter Jr. y Eric Gordon. Los texanos dieron una enorme cantidad de facilidades a los Suns, pues perdieron hasta 23 balones y cedieron un total de 12 rebotes en ataque, lo que hizo que los visitantes contasen con muchas más opciones para hacerles daño y no tuvieran problemas en ir ampliando cada vez más su ventaja. Los de Silas son, al fin y al cabo, un equipo que está intentando empezar a construirse, y la diferencia con una plantilla que viene de disputar las Finales de la NBA fue más que evidente.
«El hecho de que hayamos cometido 16 pérdidas en la primera mitad es decepcionante» reconoció el técnico. «Hemos vuelto a empezar el partido cediendo una ventaja (8-21 de salida) y esa no es para nada una buena manera de arrancar. Además, sabíamos que cuidar el balón iba a ser fundamental, pero hemos vuelto a tener los mismos problemas».
(Fotografía de portada: Christian Petersen/Getty Images)