Paseo imperial de Phoenix Suns ante unos Spurs con los play-in bien agarrados del brazo, por lo que se permiten todavía apurar sus opciones de acabar como los mejores de su conferencia si Utah pone de su parte.
Desde el primer cuarto quedó claro que la emoción no iba a ser el ingrediente reinante, y con un parcial de 34-17, los de Arizona abrían rápidamente brecha en el marcador.
Devin Booker lideró la anotación de los Suns con un total de 27 puntos y 4 asistencias, Mikal Bridges sumó 18 y Chris Paul, con sus tenues cantos de MVP, aportó un doble-doble de 16 puntos y 10 asistencias.
Muchas bajas, Pops incluido
Lejos de apretar los dientes para tratar acortar distancias, el guión continuó siendo el mismo con los Suns subrayando la palabra paliza a cada cuarto que transcurría hasta el definitivo 140-103, firmando así la vendetta de lo acaecido hace un mes.
Los tejanos ni siquiera tenían los gritos de Popovich desde la banda para arengarles, ya que éste se encuentra de permiso para asistir a la gala en la que Tim Duncan, entre otros, pasará a engrosar la lista de miembros del Salón de la Fama de la NBA, y siendo reemplazado por el jovencísimo Mitch Johnson, su técnico asistente de 34 años de edad.
Keldon Johnson y Gorgui Deng, con 18 puntos cada uno, salvaron la honrilla personal de un equipo que estuvo plagado de bajas, ya que ni DeMar DeRozan, Rudy Gay, Dejounte Murray, Jakob Poeltl Derrick White o Luka Samanic, unos por descanso y otros por lesión, fueron de la partida.
«Para nosotros era importante ganar, pero el partido de mañana es incluso más importante. Queremos terminar la RS de la mejor manera posible», decía Dario Saric pensando en la cima del Oeste, un puesto utópico y prohibido de imaginar hace cinco meses.
Esta misma noche de domingo, repiten duelo en back-to-back. Si Phoenix vuelve a ganar y los Jazz ceden en su visita ante Sacramento (algo difícil por otra parte), los de Monty Williams pondrán el broche a una fase regular de ensueño.
(Fotografía de portada de Ronald Martinez/Getty Images)