Un tuerto ha mirado a los Suns. Alguien que busca su sufrimiento les ha echado una maldición. Probablemente sean afirmaciones absurdas, pero la mala fortuna que están teniendo en Phoenix en los finales de partidos apretados es muy llamativa.
Los Kings superaron a los Suns por 85–83 gracias a una canasta sobre la bocina de DeMarcus Cousins. Canasta que —como no— rebotó en al aro varias veces antes de entrar. Fue la cuarta vez de la temporada que Phoenix perdía un partido debido a una canasta sobre la bocina tras las derrotas ante Clippers (ver), Bucks (ver) y Rockets (ver).
Cousins cerró la noche con 28 puntos y 12 rebotes y evitó un nuevo colapso de los suyos. Los Kings habían visto como se había esfumado una ventaja de 14 puntos durante el último cuarto y estuvieron cerca de sufrir una nueva derrota.
Por los Suns el mejor fue Isaiah Thomas, autor de 26 puntos y 5 asistencias. Phoenix ha perdido cuatro de sus últimos cinco partidos y ve como la distancia en la clasificación con Pelicans y Thunder se reduce.
Los ausentes
Ambos equipos no pudieron contar con algunos de sus jugadores más importantes. Sacramento no tuvo el concurso de Rudy Gay y Darren Collison, ambos ausentes por lesión, mientras que en Phoenix no jugó Eric Bledsoe al quedarse al lado de su mujer a la espera del nacimiento de su primer hijo.