Los Suns se cobran su venganza con una paliza a los Bucks

En su primer encuentro tras las Finales del año pasado, los Phoenix Suns se aseguraron de dejar claro a los Bucks que tenían ganas de revancha. El cuadro de Arizona se encargó de acabar con cualquier posible emoción con una nueva exhibición de baloncesto, y derrotó a los vigentes campeones por un contundente 131-107 para sumar su cuarta victoria consecutiva y seguir afianzándose al frente de la liga. Los de Milwaukee, por su parte, vieron cortada su racha de cuatros triunfos seguidos, pero ponen fin a su gira por el Oeste con un más que satisfactorio balance de 3-1.

Los Suns de esta temporada regular recuerdan al Sebastian Vettel de Red Bull: aceleran, los pierdes de vista, apenas cometen errores y te esperan en la línea de meta con una sonrisa y la victoria bajo el brazo. Su funcionamiento colectivo es de maquinaria de relojería, todos tienen claro cuál es su rol y a qué juegan, y funcionan de manera tan precisa como arrolladora. En esta ocasión, los Bucks aguantaron hasta el descanso, pero tras este fueron incapaces de contener al que puede catalogarse sin miedo al error como el mejor equipo de lo que va de curso, que volvió a hacer gala de una cantidad de recursos inabarcable para su rival.

Los locales, tras una dominadora salida de vestuarios, lograron cerrar el tercer cuarto con 20 puntos de ventaja, pero lejos de contentarse con eso, quisieron asestar un golpe aún mayor. Phoenix llegó a ir ganando por hasta 27 tantos, y se aseguró de ser lo más contundente posible frente al que podría volver a ser un rival directo en la pelea final por el anillo.

Todo ello estuvo orquestado por un nuevo recital de Chris Paul, que con 17 puntos y 19 asistencias volvió a ser el perfecto director de juego del equipo. El base comandó así la actuación de unos Suns en los que hasta siete hombres terminaron en dobles dígitos, aunque ninguno anotó tanto como DeAndre Ayton, que alcanzó los 27 gracias a la capacidad de sus compañeros para hacerle llegar el balón con ventaja en la zona. Los Bucks hicieron aguas en la defensa interior, concediendo 68 tantos en la pintura y evidenciando la necesidad de un defensor interior como puede ser Serge Ibaka.

También funcionó de maravilla la defensa de Phoenix, que logró contener a Giannis Antetokounmpo en la medida de lo posible, obligándole a tomar tiros complicados y dejándole en solo 18 puntos tras firmar un 5/14 en el lanzamiento. De esta forma, el griego vio cortada su racha de 20 partidos consecutivos alcanzando los 25, y aunque contribuyó con 8 asistencias y 7 rebotes, estuvo lejos de ser la pesadilla que fue para los de Monty Williams en el mes de julio.

Khris Middleton y Jrue Holiday, con 21 tantos cada uno, lideraron al equipo en anotación, pero tampoco lo hicieron de forma lo suficientemente consistente como para compensar las dificultades a la hora de frenar a su rival. Phoenix anotó al menos 30 puntos en cada cuarto, un ritmo imposible de seguir para unos Bucks dejaron claro que siguen necesitando mejorar para alcanzar el nivel que les llevó al anillo hace unos meses.

(Fotografía de portada: Christian Petersen/Getty Images)


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