Los problemas de Boston Celtics están superando cualquier pronóstico negativo. Si bien era previsible que les costase coger el ritmo ante la incorporación de Kyrie Irving y Gordon Hayward a la rotación, verles con un récord de 9-9 es del todo sorprendente mirando a una plantilla con talento suficiente para dominar la Conferencia Este.
Con ese escenario de fondo, Marcus Morris, quien vive ahora su segunda temporada en la disciplina de los verdes, fue cuestionado por cómo se siente en estos momentos el vestuario del equipo. Lejos de esconder la realidad, reconoce que la moral está baja.
«A veces es un poco frustrante ver cómo pueden ser tan duros con ellos mismos y que su estado de ánimo sea tan bajo. Pero al mismo tiempo son jóvenes y es algo que sucede. Aprendes de ello. Yo era igual cuando era joven. Irán descubriéndolo por el camino», comenta a Jay King de The Athletic antes de recalcar que es algo que también afecta a los veteranos.
«No son solo los jóvenes. Tenemos chicos que no consiguen jugar tan bien como quieren y cuyo estado de ánimo no es el mejor. Espero que con el paso del tiempo mejoremos. Pero lo único que debemos hacer es centrar toda nuestra energía en el equipo y poner nuestra cabeza en el siguiente partido», sentencia.
El toque de Stevens
Nadie duda de la capacidad de Brad Stevens, y quizás por ello preocupe más el bache de Boston. Tras la última derrota ante New York Knicks, el entrenador de los Celtics quiso dar un aviso a los suyos a la vez que los retaba a demostrar que están capacitados para ser campeones. «Simplemente no sé si somos tan buenos», comentaba entendiendo, al igual que el vestuario, que ha llegado el momento de dar un giro de 180 grados a la situación.
(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)