Plumlee, jugador NBA y tener que esprintar por todo NY para jugar

Marshall Plumlee es el tercero de los hermanos que, bajo la misma identidad de origen, se ha acogido al elitista derecho de trabajar en la NBA. Concretamente, el tercero de la familia (24 años) debutó anoche ante Atlanta con los Knicks de Nueva York. Y su descorche profesional ha sido de todo menos el típico episodio rutinario para un rookie. Llamada de teléfono inesperada, baile agarrado con Dwight Howard y carreras por las regias avenidas de la Gran Manzana. Un capítulo digno de destacar en este post.

Todo comenzó con una llamada matinal, e inesperada, de domingo. «Hey, necesito que defiendas a Dwight Howard», fue todo lo que dijo el otro lado del teléfono, interpretado por un miembro del staff técnico de New York.

El día anterior, Plumlee había jugado con el equipo afiliado de NY en la D-League, los Westchester Knicks. Y el guión previsto dictaba que el domingo también jugaría con el pariente pobre de la franquicia. La NBA tenía que seguir esperando para él. Sin embargo, Joakim Noah no jugaría ante los Atlanta Hawks y los verdaderos Knicks le necesitaban para colorear la pintura del equipo. Salto fulgurante al profesionalismo, en el que todavía no había debutado hasta ayer.

Deprisa —no había mucho tiempo de reacción dado que el encuentro era en jornada matinal—, Plumlee preparó su macuto y se puso en camino al Madison Square Garden. El jugador reside en Westchester, condado que linda con la zona norte de Nueva York. Largo camino, pues, y poco tiempo por delante. Había que ser rápido. Así que Plumlee cogió un tren hasta la Grand Central y después, directo para un taxi con destino al Madison, en la 7ª Avenida con la 33.

Tráfico, propina y carreras

Pero empiezan los problemas. Denso tráfico le separa de su desvirgue NBA y los nervios brotan como hongos en otoño. La hora se echa encima, así que Plumlee le dice al taxista que si obvia los semáforos en rojo, dejará un propina de hasta 60 dólares. Pero el tráfico es ineludible, hasta para un conductor primado por nada menos que un jugador profesional de baloncesto.

A todavía algunos metros del estadio, Marshall ve que la densidad de vehículos es una ingente jungla de hojalata y decide salir del taxi. Emprende una loca carrera hacia el templo neoyorquino, contra el crono, ya que el partido está casi empezado.

«Esprintando a través de la ciudad. Así es como llegué. Me dijeron, ‘¿necesitas calentar?’ Yo dije, ‘no, ya estoy caliente. Vine corriendo», explicaba para ESPN Plumlee.

La estresante crónica de un debut en la NBA que terminó en una llegada empezado el primer cuarto y con 5 minutos de juego finales en la estadística del joven Plumlee.

Efectivamente, defendió a Howard durante el segundo cuarto, el que estuvo en pista. Terminó cogiendo un rebote y con partido ganado a la carrera. «Fue de locos. Creo que podría escribir un libro sobre esto», concluyó el apremiado atleta de las calles de Nueva York.

Hernangómez y Howard

Otro de los jugadores menos habituales y encargado de echarse a la chepa de Dwight Howard fue el pívot español Willy Hernangómez. Además de su muy notable defensa ante el pívot de los Hawks, Willy despertó algún que otro mal nervio del pívot rival durante el partido.

Codazo de Howard

Su gran defensa y pelea en el rebote hicieron que Howard hasta le dedicara un connato de codazo en la brega por una captura ofensiva.

«Me habían advertido sobre cosas así pero no sentí nada (sobre el codazo). Quizá él sintió daño en el codo», dijo Hernangómez después del partido, y recogió el periodista Stefon Bondy, de ESPN.


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