Los Mavericks tomaron una decisión que cambió el rumbo de la franquicia cuando contrataron a Rick Carlisle como head coach en 2008. Antes de recalar en Texas había liderado a los Pacers a las Finales del Este en 2004 pero sería despedido en 2007 tras no llevar al equipo a los playoffs.
En Dallas recibió una plantilla prometedora con un Dirk Nowitzki en pleno prime. A la dolorosa derrota en las Finales de 2006 ante Miami Heat le siguió una sonrojante eliminación en primera ronda en 2007 ante Golden State Warriors y otra a las primeras de cambio un año después. La directiva decidió prescindir de Avery Johnson con el objetivo de retomar la conquista del campeonato.
Carlisle llevó a los Mavericks a las Semifinales de Conferencia en su primera temporada como entrenador jefe. En 2010 claudicaron en primera ronda ante San Antonio antes de lograr el anillo en 2011. Una de las grandes señas de identidad del técnico ha sido sacar el máximo provecho de sus equipos y aquel título ante los Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh ha sido su gran obra hasta la fecha.
El técnico ha entrenado a un dilatado número de grandes jugadores a lo largo de sus casi veinte años como entrenador jefe. Uno de ellos fue Metta World Peace —por aquel entonces Ron Artest— durante su estancia en Indiana a mediados de la década de los 2000. El ya ex-jugador quiso elogiar a su antiguo técnico a través de su cuenta personal de Twitter.
«Solo escucha a este tipo y tendrás una carrera increíble. Recuerdo que odiaba recibir órdenes durante los partidos. Pero tuve éxito con este tipo. Sin embargo, mi mente no estaba totalmente en ello. Bajo su entrenamiento fui incluido en el tercer mejor quinteto de la NBA, Mejor Defensor, el mejor equipo de la liga y un All-Star», vino a decir el tuit publicado por World Peace.
El por entonces alero formaba parte de la plantilla de los Pacers cuando Carlisle fue contratado en 2003. Y la transformación de World Peace fue instantánea. Aquella temporada 2003-04 fue la única en la que participó en un All-Star Game y en la que fue incluido en uno de los mejores quintetos de la liga. Además, fue galardonado con el premio al Mejor Defensor. Todo ello con 24 años. Sin embargo, el lamentable incidente conocido como ‘Malice in the Palice’ finiquitó su estancia en Indiana con una sanción de 83 partidos y una multa de casi cinco millones de dólares.
Actualmente, Carlisle mantiene su gran cartel en la NBA como uno de los mejores ‘exprimidores’ de talento y recursos de la competición. Jugadores como Seth Curry, Dwight Powell, Maxi Kléber o Yogi Ferrell han protagonizado su ascenso en la liga en manos del técnico, asentándose algunos como jugadores de rol importantes en la NBA. Ahora cuenta en su plantilla con dos diamantes en bruto como Luka Doncic y Kristaps Porzingis. Y si todo va bien, en Dallas vuelven a tener razones de sobra para soñar.
(Fotografía de portada de Jonathan Daniel/Getty Images)