Sin excusas. El partido que hicieron los Lakers ante los Clippers no tiene ningún tipo de justificación, y en esa vergonzosa tesitura se presentó Mike D’Antoni ante los medios para hablar de lo sucedido.
«Nos golpearon y parecía ya como que eso nos había llevado a quedarnos de rodillas», dijo el técnico. «Por alguna razón, no podíamos terminar ni hacer jugadas ni nada. Olieron la sangre en el agua y nos mataron».
D’Antoni fue explícito, pero no cabía más opción que expresarse así visto lo visto. «Entrar gritando y chillando no va a ayudar mucho. No hay nadie feliz [en el vestuario] y todo el mundo sabe que están avergonzados», añadió el entrenador.
