No hay más que verle en el banquillo. Una cámara de seguimiento individual durante un solo cuarto basta para saber qué tipo de carácter irradia Mike Malone. Perder, no está en la lista de favoritos en su vida.
Aunque claro. Uno empieza a fijarse en la plantilla de los Denver Nuggets. Emmanuel Mudiay, Nikola Jokic, Jusuf Nurkic, Gary Harris, Jamal Murray, Malik Beasley, y Juan Hernangómez por ejemplo. Talento, sí. Lozanía… demasiada. Ninguno de estos siete jugadores supera la barrera de los 21 años. Claro que el coach luego tiene piezas como Danilo Gallinari, Jameer Nelson o Will Barton; veteranos consumados y de calidad suficiente para dejar su huella en la cancha.
Pero en perspectiva, Malone tiene lo que tiene, y si bien su plantilla no es ya una casa en reconstrucción, sí que es un un jardín que debe empezar a germinar a su ritmo y por sí mismo. El corto plazo no es un término que convenga manejar demasiado en Colorado por ahora.
Hambre para hoy…
«Tenemos un equipo joven, desde luego», asume Malone para CBS Sports. «Odio perder. Soy muy competitivo. Afronto cada partido con la verdadera intención de ganar. Mis expectativas en cada partido, tengamos todo de cara o lo tengamos todo en contra, es vencer. Pero al mismo tiempo tengo que aprender a no tomarme tan mal las derrotas. Será un año largo. Tendré que ser capaz de respirar hondo y profundo. Si somos un equipo joven, estoy preparado».
Con esto Malone avisa a navegantes. Si acepta que tiene un roster mucho más joven que el de la media y que éste necesita minutos para crecer, bastantes derrotas irán cayendo por el camino hasta que los polluelos estén listos. Y eso es algo que probablemente no ocurrirá esta temporada. Los Nuggets lograron 33 victorias el año pasado y 49 derrotas, quedándose a ocho triunfos de la octava y última plaza que da acceso a Playoffs.
Este año el Oeste se ha endurecido —aún más— y hasta Timberwolves o Lakers —Lol—, independientemente de lo que diga la estadística de ESPN —la cual pone a los de Denver en postemporada— tienen opciones de ser un rival peligroso. ‘Paciencia’ será la palabra clave.