Muy pocos seguidores de los Knicks esperaban un inicio tan prometedor como el que está protagonizando Mitchell Robinson tras sufrir sendas graves lesiones (fractura de muñeca y tobillo) que le apartaron casi un año de las pistas.
El pívot de 23 años ha iniciado el nuevo como curso como titular casi por obligación. En ausencia de su compañero Nerlens Noel ha tomado su testigo y no está desentonando ni mucho menos pese a su falta de minutos.
En los cuatro partidos que ha disputado ha promediado 8,5 puntos, 10,5 rebotes, 1,3 asistencias y 1,3 tapones con un destacado 83,3% en tiros de campo.
Mitch está siendo un seguro de vida bajo los tableros, y se está destapando como uno de los mejores reboteadores ofensivos de toda la NBA con 4 capturas por encuentro, lo que se traduce en numerosas segundas oportunidades para sus compañeros.
Además, es el segundo mejor defensor de los Knicks, solo por detrás de Julius Randle. Con Randle encajan un promedio de 99 puntos por partido; y con Mitch se colocan con 102 puntos.
Su altura (2,13 metros), sus largos brazos y su físico renovado se antojan fundamental en la pizarra de Tom Thibodeau, y tal como reconoció recientemente el técnico: «Estamos solo ante la punta del iceberg».
Ya sea por sus problemas físicos o por la explosión de Noel, su futuro con los Knicks continúa en el aire y está en su último año de contrato valorado en poco más de 1,8 millones de dólares. Prepare la chequera, Señor Leon Rose, porque podríamos estar ante el futuro anclaje defensivo de los Knicks.
(Fotografía de portada: Sarah Stier/Getty Images)