Mo Bamba está siendo la excepción dentro de un nutrido jugadores de la NBA que ha superado el coronavirus con cierta calma. El pívot de Orlando Magic fue diagnosticado con la enfermedad el 11 de junio. Tras cumplir con todo el protocolo, dio negativo en los test de cara a poder incorporarse junto a sus compañeros a la burbuja de Disney World para disputar el final de la temporada. Apenas pudo jugar 11 minutos. Los problemas sufridos a consecuencia del virus le llevaron a abandonar la citada sede el 15 de agosto para, según los servicios médicos de la franquicia, someterse a pruebas relacionadas con su anterior positivo en COVID-19.
Llegamos al presente. De cara al inicio de los training camp todos contábamos con ver al joven center de la franquicia de Florida trabajando con total normalidad. Han pasado cinco meses desde que dio positivo y tres desde que abandonase la burbuja. Todo hacía indicar que estaría recuperado, pero no es así. Ha sido su propio entrenador, Steve Clifford, quien ha comunicado a los medios que no está claro cuando podrán contar con el jugador interior, ya que aún tiene síntomas.
«No hay un calendario cerrado para que pueda regresar y trabajar plenamente. Creo que podrá hacer algo de trabajo respecto a cuestiones organizativas, de sistema y cosas por el estilo, pero está muy lejos de volver en plenitud física. Como decía, no ha un calendario para tenerlo de vuelta», comenta a Josh Robbins de The Athletic.
La situación del número 6 del draft de 2018 preocupa, no porque sea grave, sino porque se desconoce cuánto podría durar. Mientras el resto de jugadores NBA que se han visto contagiados han superado la enfermedad en un breve periodo de tiempo, Bamba pertenece a esa minoría que se convierte en portadores de larga duración; básicamente son personas que pese a dar negativo repetidamente en los test, siguen teniendo síntomas. El jugador de Orlando explicó en su momento que había perdido los sentidos del olfato y el gusto, así como que estaba inusualmente fatigado y que sufría recurrentes dolores musculares. Esperamos que esté mejor y, por supuesto, que vuelva pronto a las pistas.
(Fotografía de Kevin C. Cox/Getty Images)