Han pasado algo más de cuatro años desde que Monta Ellis jugase su último partido en la NBA. El 23 de abril de 2017 el escolta disputaba cinco minutos en el partido que sellaba la derrota de Indiana ante los Cavaliers en primera ronda del Este. Ellis no sabía entonces que aquella iba a ser su despedida de los pabellones. O al menos eso cabía esperar antes de que el jugador haya declarado recientemente que «Todavía sigo teniendo gasolina. Creo que puedo jugar durante cinco años» declaraba en una entrevista con Empire Sports Media vía Zoom.
A efectos prácticos, Monta Ellis sigue siendo jugador de baloncesto profesional, pues los Indiana Pacers aún le deben 2,25 millones de dólares que le terminarán de abonar esta temporada después de cortar su contrato (11,2M) en 2017. Quizás sea este el gran incentivo de que el jugador se planteé la vuelta a la liga. «Solo pido que me echen un vistazo. No estoy pidiendo un contrato por 5 o 10 millones. Solo pido que me den la oportunidad y mi juego hablará por mí».
La última temporada de Ellis en la liga fue bastante problemática. El escolta estaba firmando su peor año desde que llegó a la liga y una sanción del programa anti-drogas de la liga terminó de enturbiar su situación. Después de testar positivo en cannabis en un examen que implicó también a Reggie Bullock, los Pacers perdieron definitivamente su confianza, relegándole al banquillo por primera vez desde sus primeros años en la NBA.
Tras ser cortado, Ellis no trató de buscarse un nuevo destino. Necesitaba un descanso para centrarse en su familia. «El Monta Ellis de 2017 tenía cosas en la cabeza que le estaban empezando a afectar a su físico. No es que no pudiese seguir jugando, es que pensé que mi salud mental era lo más importante. Sentía que mis hijos y mi familia necesitaban más de mí».
Esto le quitó de la mente la idea de seguir en la NBA hasta retomarla hace dos años. Ellis no ha estado alejado del baloncesto ni ha descuidado su físico, pues ha entrenado en cuatro sesiones semanales durante todo este tiempo. Por eso, una vez estuvo preparado para volver, lamentaba que nadie le hubiese dado la oportunidad. A sus 35 años, estas declaraciones podrían ser su última bala para volver a formar parte de la mejor liga del mundo, sea cual sea el precio.
(Fotografía de portada de Tom Szczerbowski/Getty Images)