Los Phoenix Suns eran muy consciente de que las Finales de la NBA no iban a ser un paseo. Ni siquiera cuando se colocaron con un más que favorable 2-0 tras vencer sus dos primeros encuentros en casa. Una semana más tarde, el contador de la eliminatoria se ha puesto a cero después que los Milwaukee Bucks hayan devuelto el golpe con otros dos triunfos, el último esta pasada jornada.
Esto se traduce en la apertura de una nueva serie al mejor de tres partidos que, al menos mentalmente, favorece a los intereses de los de Wisconsin. A su vez, los de Monty Williams cuentan con el importante hándicap del factor cancha. Así, el head coach de los Suns ha apelado a la unidad del equipo y al aspecto psicológico para hacer frente a lo que resta de Finales. Para ello compartió un apasionado discurso en el vestuario después de la derrota en el Game 4.
«Ahora mismo nos encontramos en esta situación porque hemos sido nosotros mismos los que nos hemos puesto en ella. Lo digo en el buen sentido», afirmó Williams. «Tenemos tres partidos por delante para ganar dos de ellos. Esto es difícil. Muy difícil. Así que debemos permanecer unidos.»
Los Suns mostraron varias debilidades durante el duelo, entre las que se encuentran la dificultad para cerrar el rebote, controlar las pérdidas de balón o superar las férreas asignaciones defensivas de Jrue Holiday y Giannis Antetokounmpo. En el otro lado de la cancha, la inspiración de Khris Middleton, la seguridad del propio Antetokounmpo y el valor de piezas secundarias como Pat Connaughton convergió en una mayor solidez.
Ahora, la eliminatoria regresa a Arizona, donde los Suns deberán recuperar la versión de sus dos primeros partidos, dar un paso adelante y demostrar esa armonía y confianza colectiva que han exhibido durante todo el curso.
(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)