Timofey Mozgov y el banquillo se habían convertido en amigos inseparables últimamente. El pívot ruso estaba sano como un roble, así que no había excusa barata que esgrimir; Luke Walton no tenía problemas en dejar a su «center titular» y sus 16 millones —anuales— enfriar a la espera de una oportunidad que nunca llegaría en los 48 minutos.
Ahora, para qué fingir más, desde la franquicia angelina dejan claras sus intenciones. Las cartas boca arriba. Los Angeles Lakers, temporada redirigida —al Draft—, apuestan por invertir lo que queda de la misma en hacer progresar a sus jóvenes mientras las derrotas siguen inundando el Staples en una gotera hoy irreparable. Ahora en L.A. van aún más allá.
Deng, el siguiente
Marc J. Spears, de ESPN, nos cuenta el último bandazo sin miramientos de Magic Johnson y Rob Pelinka. Ya ni siquiera el banquillo; el nuevo lugar favorito de Mozgov será la grada, su casa o donde quiera que los Lakers elijan apostar a su inversión veraniega. Y ya anuncian las campanas que «el otro fichaje estelar», Luol Deng, tiene todas las papeletas para seguir en breves mismos derroteros.
En su acera de Hollywood lo tienen claro; reestructuración total y sin lamentarse de los errores cometidos en el pasado reciente. La nueva directiva avanzará sin paños calientes y apostando por lo que tienen y, entienden, seguirá; y esos no son ni el ruso ni el anglo-sudanés, los cuales son carne de saldo el próximo mercado estival.
Brandon Ingram por delante de Deng, e Ivica Zubac y Tarik Black priorizando sobre Mozgov. Y el chocolate espeso.