Ha sido una noche movida en la NBA. Antes de que Draymond Green fuese expulsado por su agresión a Jusuf Nurkic, fue Nikola Jokic quien abrió tal camino al ver cómo los árbitros le mandaban al vestuario antes de tiempo, en su caso por protestar.
La acción que desencadenó la expulsión del serbio –siguió el mismo camino hace menos de un mes ante Detroit– fue una acción en ataque en la que creía haber recibido falta. Su protesta no fue demasiado extensa, pero sí lo suficientemente vehemente como para suponer su adiós al parqué.
Concluido el partido, desde ESPN consultaron a personas cercanas a la zona de la protesta del serbio, quienes señalaron que el jugador habría dicho: «Señala la falta, hijo de…». Tal versión iría en concordancia con lo explicado en el informe arbitral: «Jokic fue expulsado después de una falta técnica por dirigirse con un lenguaje soez al árbitro que, según nuestros estándares, justificaba su expulsión».
Cuestionado tras el partido, Jokic admitió que su lenguaje «cruzó la línea»; eso sí, recalcó que le sorprendió que fuese expulsado por algo que habitualmente no lleva a tal consecuencia. «A veces ni siquiera se castiga con una falta técnica. Crucé la línea, lo entiendo, pero a veces esa palabra no la ven como algo que cruza la línea. La situación es la que es», señala.
Triunfo sin Jokic ni Murray
Así es. Pese a no contar con sus dos mejores jugadores –Jamal Murray desde el comienzo–, los Nuggets fueron capaces de imponerse en casa de Chicago por 106-114. En ausencia de sus estrellas, Reggie Jackson destacó con 25 puntos y otros cuatro jugadores estuvieron en dobles dígitos de anotación. Michael Malone admitió que le sorprendió la expulsión de Jokic, pero se queda con el hecho de lograr el triunfo.
«Creo que todos se sorprendieron de que fuera expulsado de esa manera. Repito, no escuché exactamente lo que dijo. Fue algo desafortunado, pero ganamos el partido y eso es todo lo que importa», sentencia.
(Fotografía de Michael Reaves/Getty Images)