Estaba prácticamente hecho, pero aún faltaba la confirmación oficial y conocer los extremos del contrato.
Kendall Marshall jugará las próximas cuatro temporadas con los Philadelphia 76ers. De divulgarlo se ha encargado la propia franquicia, y Eric Pincus, de Basketball Insiders, nos ha desvelado las cifras; el primer año jugará a cambio de un contrato garantizado por 2,1 millones de dólares, y otras tres temporadas con el salario aún sin garantizar.
Alternativas en la dirección
Si tres son multitud, en los Sixers cuentan con una auténtica recua de bases: Tony Wroten, Isaiah Canaan, Pierre Jackson, Scottie Wilbekin y T.J. McConnell —además de Marshall— para cubrir el puesto. Si el panorama se mantiene así hasta que de comienzo la temporada, es de imaginar que Brett Brown tendrá en la cabeza jugar a menudo con dos bases a la vez.
Sin embargo, de todos los nombrados, si hay un base puro y de la vieja escuela —y no la evolución actual del base/escolta—, es Kendall Marshall. Sin un gran físico pero con una visión privilegiada y ese don de hacer jugar a sus compañeros pausando o acelerando el ritmo según convenga. Algo de lo que se podrían aprovechar los cocos de la pintura: Jahlil Okafor recibiendo buenos balones al poste y Nerlens Noel, no tan virtuoso en ataque, pero surcando los cielos para hundirla en alley-oops.
Con éste son ya cuatro los equipos en el currículo de Marshall desde que se incorporara a la NBA vía Draft 2012, elegido en el puesto 12 por los Phoenix Suns. Con continuidad y confianza ha demostrado que puede ser uno de los mejores asistentes de la liga, alcanzando las 8,8 asistencias (sólo por detrás de Chris Paul) durante su estadía en Los Angeles Lakers y luego corroborando este hecho con un buen rol de suplente en los Milwaukee Bucks. Sus números totales son de 130 partidos y 5,3 puntos, 5,4 asistencias y 1,7 rebotes en 20,6 minutos.