Oklahoma opta por ser paciente para traspasar a Chris Paul

Al base de 34 años le restan tres años y 124 millones de dólares de su actual contrato

Oklahoma City Thunder ha iniciado un camino en el que Chris Paul parece ser un compañero incómodo. No vamos a recordar todo lo acontecido hasta el presente –para eso podéis consultar el verano de OKC–, pero a nadie escapa que los Thunder están inmersos en una reconstrucción con todas sus letras. Sin Russell Westbrook ni Paul George, y habiendo acumulado a cambio numerosas elecciones para futuras ediciones del Draft, mantener en la plantilla a un jugador del calibre de CP3 suena contradictorio. Pero claro, no deja de ser un All-Star, uno que puede interesar aún a varios equipos con aspiraciones y que deben cuidar para convertir su llegada en un acierto –si se puede llamar así–.

Porque los equipos levantarán el teléfono para preguntar por él. Pueden pensar que en Oklahoma City reinará la desesperación, que en el afán por desprenderse de su contrato rebajarán sus pretensiones o, incluso, darán alguno de sus picks para edulcorar un paquete. Ese no es el plan de los Thunder. Según informa Brian Windhorst de ESPN, la intención de la gerencia es ser pacientes y negar que estén interesados en intercambiar a Paul.

El mencionado periodista explica que ejecutivos de otros equipos creen que los Thunder contestarán a las llamadas diciendo que cuentan con CP3, y que ven en él un maestro para que sus jóvenes talentos crezcan. El objetivo es dar a entender que en ningún momento entrarán en pánico y que incluso preferirían quedárselo antes que soltar una ronda del Draft. Claro que esa es la postura en agosto. Por ahora suena bien eso de esperar a que algún equipo lo necesite y ponga una oferta justa sobre la mesa para llevárselo, pero en enero puede que las prisas aparezcan.

Lo cierto es que OKC parece estar haciendo lo que debe. Chris Paul es aún un gran jugador de la NBA que en las últimas campañas ha demostrado con los Rockets que puede ser importante en un aspirante al anillo. Así, si algún equipo sufre una lesión importante –esperemos que no sea el caso–, o simplemente no está dando el nivel que esperaba, puede que se lance a por Paul. Esa sería la oportunidad que esperan en Oklahoma.

Nada se sabe de posibles equipos interesados ni de qué pedirían los Thunder por él, pero lo que parece seguro es que si Paul acaba cambiando de equipo no lo hará hasta que nos aproximemos a la fecha límite para ello. La organización ha optado por la táctica del desgaste, la cual apunta a ser la más acertada. El valor de CP3 se ve seriamente dañado en estos momentos por el enorme contrato que arrastra. Esperar unos meses a que alguna franquicia realmente lo necesite y puje por encima de su actual valía, no puede sino reportar consecuencias positivas para los Thunder.

(Fotografía de Yong Teck Lim/Getty Images)


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