Paolo Banchero se enfrenta a un nuevo reto para él en este Mundial. Steve Kerr reconoció hace unas semanas, y así lo ha demostrado en los encuentros de preparación, que pretende utilizar al de Orlando como pívot en determinados quintetos para dar más velocidad al equipo, algo que cree que puede ser un arma muy poderosa en el baloncesto FIBA. El jugador ha sido preguntado al respecto en la previa del debut de la selección norteamericana, y ha asegurado que tratará de adaptarse lo mejor posible para aportar al equipo.
«Estoy tratando de aceptar este nuevo rol y hacerlo lo mejor que pueda en él» aseguró el de los Magic. «Lo más importante para mí es encontrar la forma de sumar para ganarme el puesto. Me da igual lo que tenga que hacer, si no anoto estaré defendiendo y reboteando».
Con 2,08 de altura, Banchero puede sufrir ante algunos de los pívots más poderosos del Mundial, pero a su vez puede dar muchos recursos al equipo a la hora de abrir la pista y de jugar en transición. La falta de centímetros que supondrá usarle como center puede ser suplida por el poderío físico del resto de la plantilla, que deberá esforzarse un punto más en labores como el rebote en estos tramos de partido.
Además, no es como si la selección estuviese falta de jugadores interiores. Con Jaren Jackson Jr. y Walker Kessler, Kerr tiene a su disposición a dos de los mejores defensores interiores del mundo, que podrán salir a pista si el small-ball se ve en problemas en algún momento.
(Fotografía de portada: Ethan Miller/Getty Images)