La conferencia Oeste se ha vuelto más salvaje que nunca antes. Carmelo Anthony y Paul George se han unido a Russell Westbrook en Oklahoma City. Jimmy Butler ha llegado a Minnesota. Chris Paul se ha sumado a James Harden en Houston… Una auténtica locura que nos deja un buen número de aspirantes a acabar con el trono de Golden State.
Justo en esa mezcla de talento desmedido se encuentra un equipo acostumbrado a vivir en la élite: San Antonio Spurs. Los de Texas, cuyo sistema ha sobrevivido a dos cambios de década por encima de las 50 victorias, ven ahora como en el camino aparecen más piedras de las esperadas. ¿Preocupación? No. Solo trabajo.
«Sobre el papel, cuando grandes jugadores cambian de equipo algunos conjuntos se hacen más fuertes y otros más débiles, ¿verdad? Es solo la naturaleza de este juego. Solo tenemos que centrarnos en nosotros mismos y ser tan buenos como podamos ser», explica Pau Gasol en declaraciones a news4sa.com.
No le falta razón al pívot español. Con 20 años viviendo en la cima de la NBA, San Antonio no tiene nada que demostrar más allá de seguir siendo fiel a sí mismo. Luego, si pueden llegar más o menos lejos será la cancha la que lo decida.
¿Tienen opciones?
No debe haber dudas. Con tanto nombre rimbombante cambiando de equipo poco se ha hablado de los Spurs en los últimos meses, pero no debemos olvidar que hasta la lesión de Kawhi Leonard estuvieron pasando por encima de Golden State. Fueron solo dos cuartos pero, ¿quién más ha demostrado lo mismo? Nadie. Con LaMarcus Aldridge, Pau Gasol, el mencionado Leonard, e incorporaciones como la de Rudy Gay, pueden apostar a que batirles será igual de difícil pese al trabajo de oficina hecho por sus rivales.