Kendrick Perkins, nuevo jugador de New Orleans Pelicans, ha querido hablar ante los micrófonos de Black and Blue Report sobre la situación del equipo antes del comienzo de una temporada que invita al optimismo.
A sus 30 años, con un anillo en su palmarés (2008) y tras una carrera en equipos con largo recorrido en Playoffs como son Boston Celtics, Oklahoma City Thunder y Cleveland Cavaliers, el pívot quiere aportar a sus nuevos compañeros un grado de valiosa experiencia.
En la entrevista, Perkins afirma que firmó por los Pelicans debido al talento joven que alberga el equipo y que vio un rol disponible para un veterano que enseñara a los jugadores cosas importantes sobre, por ejemplo, el cuidado del cuerpo, la responsabilidad fuera de la pista y el mantenerse concentrado.
Aun asegurando que todavía tiene gasolina de sobra y que quiere seguir mejorando, admite el ex de Cavs que su primera tarea será la de llevar ‘suciedad’ a la pista. Entiéndase como juego duro, entrega o sangre. Y no es necesario tomar lo de sangre como literal. Perkins quiere que se le reconozca como un gran compañero de equipo.
Así es como recuerda a los Pelicans como rivales: «Cuando los veías, te fijabas en cada posición y veías que tenían un buen núcleo. Jóvenes buenos en cada posición, como un talento en bruto. Solo necesitaban un par de lecciones y de profesionalidad. Tenían algo de eso por sus ganas de trabajar duro pero necesitaban un líder. Un líder no siempre es el mejor jugador de un equipo, puede serlo a la hora de hablar. Predicar con el ejemplo».
Sobre la estrella absoluta de la franquicia, Anthony Davis, el pívot respondió claramente: «Siendo honesto, en su baloncesto hay mucho de Kevin Garnett. Y en su personalidad, mucho de Kevin Durant. Es diferente».
Puede que no vaya a ser el más decisivo en la cancha pero desde luego Kendrick Perkins llega a New Orleans decidido a marcar la diferencia en el vestuario y a ayudar al equipo a dar el salto definitivo.
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