Eso que en pretemporada se definía como pequeños problemas en el hombro ha provocado que Markelle Fultz se haya perdido ya 32 partidos. Hablamos de casi media temporada y la cuenta sigue corriendo. Lo hace porque en Philadelphia parecen decididos a que solo regrese estando seguros de que no hay riesgo alguno –algo lógico–, y porque sin duda la dolencia era más grave de lo que se pensó en un inicio.
La cuestión es que su regreso se sigue dilatando. En la primera semana de diciembre era Bryan Colangelo, general manager de los 76ers, quien aseguraba que el dolor era ya inexistente en la articulación del novato, algo que provocó que los rumores sobre un pronto regreso se sucediesen. Ha llegado enero y desde Pensilvania anuncian ahora que está entrando en la última fase de su recuperación.
Para ser exactos, los Sixers señalan que Fultz ha sido autorizado para comenzar la etapa final de su programa para regresar a las pistas, la cual consiste en una reintegración gradual en los entrenamientos del equipo, complementado por un acondicionamiento físico adicional.
Sin novedad real
La única conclusión que se puede sacar de los comunicado por Philadelphia es que Fultz está mejor, pero que ello no es aún indicativo de que vaya a volver a la acción en breve. Hasta la fecha sabemos que ha estado trabajando en 4 contra 4 y que participa en las prácticas de tiro. Ahora queda por ver si este nuevo ‘paso’ se traduce en un calendario real para el número 1 del Draft 2017.