«El dolor ha desaparecido por completo. La descompensación muscular ha desaparecido por completo». Así ha sido el testimonio de Bryan Colangelo, general manager de los Philadelphia 76ers, sobre su último número 1 del Draft, Markelle Fultz.
El diagnóstico dice que ya es hora de correr una gruesa línea de típex sobre el el texto «baja indefinida», adjunto al historial de lesiones de Fultz. El hombro está sano y el músculo repuesto. Es hora de iniciar la cuenta atrás.
Mike O’Connor, periodista de The Athletic, se ha hecho eco de estas optimistas declaraciones. Según sus fuentes, desde la franquicia no han querido marcar fecha exacta de retorno, pero han asegurado que esta está cerca. Quedan tres semanas para echar el telón sobre este 2017, y puede que antes dar la bienvenida al nuevo año ya le hayamos dado la re-bienvenida a Fultz.
Estables y sin urgencias
De todos modos, prisas ninguna. La derrota de ayer ante los Lakers no fue solo una pequeña piedra en el sólido camino que están trazando los Sixers en lo que va de curso. Sin Fultz exhiben un balance de 12-7. El total es de un 13-11, lo que les da para ir octavos del Este, metidos de lleno en la refriega por los playoffs.
T.J. McConnell, Jerryd Bayless y Ben Simmons, el principal base del equipo a pesar de medir 2,08 metros, están resolviendo a las mil maravillas la función de dirigir el equipo. Algo que cuando vuelva el elegido para ser su point guard del futuro, permitirá un acoplamiento paulatino y alejado de cualquier presión.