Es una corriente en la NBA. Sin dar nombres específicos de equipos –alguno nos podemos imaginar–, Brian Windhorst de ESPN señala que son varios los que no solo están pendientes del presente de Chicago desde sus oficinas, sino que directamente han enviado personal a los partidos de los Bulls para estar lo más preparados posible por si en la organización de Illinois optan por pulsar el botón de la reconstrucción.
Así se sencillo… y así de complicado. Con otros 29 equipos en escena –no todos con el mismo plan–, el hecho de que a no mucho tardar puedan estar disponibles piezas como DeMar DeRozan o Zach LaVine está creando cierto runrún en la Liga; sobre todo porque hay un equipo que desde hace semanas tiene colgado el cartel de comprador: los Philadelphia 76ers.
Así es. Nada más traspasar a James Harden, Adrian Wojnarowski de ESPN señalaba que el plan de los de Pensilvania era conseguir una estrella con los activos que habían recibido en el intercambio. Se habló de varias opciones, y entre ellas destacaba la de Zach LaVine por edad, talento y, por supuesto, por ser una opción que podía tornarse en real a no mucho tardar.
Los Bulls no han empezado bien el curso 2023-24 y no parecen estar muy convencidos de ir por la senda correcta. En verano deslizaron desde la ejecutiva que la renovación de Nikola Vucevic se dio básicamente porque no había mejores opciones. En cuanto a DeMar DeRozan, quien acaba contrato en verano de 2024, están lejos de llegar a un entendimiento para firmar una extensión. Si a todo eso le sumas que son el cuarto peor ataque de la NBA y que han empezado con un balance de 3-6… no hay que ser matemático para ir atando cabos y entender que es probable que den carpetazo al actual proyecto.
En cualquier caso, si los Bulls deciden poner en el mercado piezas tan jugosas, los Sixers no lo tendrán fácil para conseguir alguna de ellas. La información de Windhorst apunta a que hay más de un equipo agazapado a la espera de poder pescar en el río revuelto de Chicago.
(Fotografía de Michael Reaves/Getty Images)