Cuesta asimilar una derrota. El deporte es así. Sin hablar de fracasos –a Giannis Antetokounmpo no le gusta–, lo que está meridianamente claro es que el momento en el que pierdes nunca es agradable. Los Knicks lo sintieron así ante Miami. Lo intentaron, lucharon, pero no lo consiguieron. Están decepcionados, obvio, pero no por ello van a quedarse en ese punto, sino que suman y absorben todo lo ocurrido para que les dé un impulso en siguientes batallas.
Justo así lo ven R.J. Barrett y Julius Randle. A ambos les quedará siempre un regusto amargo por no haber rendido como deseaban en el sexto partido contra los Heat, pero de igual modo entienden que las noches así también forman parte del aprendizaje para alcanzar la meta deseada.
«Jugué horrible. Estoy muy decepcionado por cómo jugué. Es duro en este momento. Luchas por algo, quieres algo tan desesperadamente… Siento que no jugué lo mejor posible, así que duele, pero es bueno tener experiencias como estas, puedes aprender de ellas. Miami es un muy buen equipo, muy experimentado, muy equilibrado, así que podemos aprender de eso», señala.
En una línea parecida se muestra Randle. Entre ambos zurdos firmaron un doloroso 4 de 25 en tiros de campo y pese a ello solo perdieron por cuatro puntos (96-92). Saben que con un poco más podrían haber ganado, pero no van a quedarse bloqueados en ello.
«En el camino ha habido muchos buenos momentos, muchos momentos de crecimiento… Hay cosas de las que deberíamos estar orgullosos y cosas de las que también podemos aprender. Creo que todos nos tomaremos un tiempo para reevaluar todo y descubrir qué podemos hacer mejor para seguir adelante», expresa el ala-pívot.
Lo dicho, perder es duro, pero ello no esconde que los Knicks pueden tener unos años brillantes por delante. Acaban de hacer su mejor temporada en 10 años y Jalen Brunson se ha consagrado como una estrella de la NBA. Pueden lamentarse por lo ocurrido, pero solo unos segundos. Toca apretar para ser mejores en unos meses.
(Fotografía de Elsa/Getty Images)