Todo es cuestión de perspectiva. Los Lakers se van a quedar sin playoffs; LeBron se va a quedar sin playoffs. 3/4 del vestuario estuvo a punto de salir traspasado a cambio de Anthony Davis. Luke Walton está sobre el filo de la navaja. El equipo está hundido en una dinámica perdedora y, en fin… que el ambiente es casi irrespirable en Lakerland.
Ajeno a todo esto, a Reggie Bullock, que llegó como el gran refuerzo invernal (a falta de pan, buenas son galletas) como uno de esos tiradores en catch&shot que James adora, no le afecta el espesor del aire.
Después de todo, son Los Angeles Lakers. Después de todo, el curso que viene seguirá LeBron. Después de todo, tras de tocar fondo solo queda volver a subir. Y Bullock, muy consciente de esto y sabedor de que su estilo de juego encaja a la perfección en un sistema de un LeBron líder y playmaker, quiere quedarse donde está.
El escolta se convertirá en agente libre el próximo 1 de julio; a sus 27 años, verá expirar su contrato de 2 años y 5 millones de dólares firmado en Detroit.
«Me encantaría estar de regreso aquí, con los Lakers. He sido seguidor de este equipo durante toda mi vida, y me gusta la conexión que estoy construyendo con ‘Bron. Veremos cómo se desarrollan las cosas durante el verano», ha manifestado el guard para el Lakers Nation.
Sin puntería en L.A.
A pesar de contar con casi los mismos minutos e importancia que en Detroit, el principal motivo que le trajo a Hollywood, es decir, su tiro de tres, se ha escarchado. De un 38,8% a un 33,3%, para 8,5 puntos en 11 encuentros.
No obstante, su regularidad a lo largo de toda su carrera (roza el 40% en el cúmulo de seis años), invita a deducir que se trata tan solo de una mala racha. Bullock, salvo catarsis, es tirador-metedor.
Si mantiene su promesa, Magic Johnson irá a por una segunda gran estrella en verano, y habrá espacio todavía para jugadores serios de rotación. Bullock quiere ser uno de ellos. ¿Habrá reciprocidad?
(Fotografía de portada Harry How/Getty Images)