Dos millones menos de lo previsto. Eso es lo que crecerá el límite salarial de los equipos de la NBA para la próxima campaña. Así lo notificó la organización dirigida por Adam Silver a los equipos este miércoles mediante un memorando interno. El tope se fija ahora en 99 millones de dólares, cuando las previsiones hablaban de que superaría los 100 millones de dólares y se situaría en la cifra de 101 o 102.
¿Por qué ha subido menos de lo esperado?
El límite salarial de los equipos está en función de los ingresos de la NBA durante el pasado curso. Y estos no han sido tan altos como se había proyectado, debido principalmente al hecho de que ha habido menos partidos de playoffs, con series dominadas por frecuentes marcadores de 4-0 y 4-1 que ya se intuía que afectaría de forma notable a los ingresos de la Liga. El menor número de encuentros ha repercutido en lo que ha ingresado tanto la NBA como las franquicias y eso ha tenido su reflejo final en el tope salarial, que se fija en 99 millones, 5 más que en el verano de 2016, cuando se colocó en 94,1.
Entonces, se había pasado de los 70 millones de tope de 2015 a estos 94,1, lo que representó la subida más alta de la historia de la NBA, con un crecimiento del 34,4% y que se identificó como un mercado sin control en el que los equipos estaban obligados a gastar dinero y aumentar espectacularmente los salarios. En este dato histórico tuvo que ver mucho la entrada en vigor del nuevo contrato de televisión hasta 2024. Con los 94,1 millones establecidos, creció la teoría, ya desarrollada en 2015, de que para 2017 el tope salarial llegaría a 108 millones. Pues ni 108 ni 101, sino 99. El impuesto de lujo, que en 2016 se detuvo en 113,2 millones, ha quedado ahora en 119, también 2 millones menos de los 121 que se habían estimado en su momento.
¿Qué consecuencias tiene?
Aunque en un principio 2 millones de dólares no parezca una gran cantidad de dinero en el contexto NBA, esa bajada de 101 a 99 millones puede determinar el futuro de muchas franquicias en la agencia libre que se abrirá el próximo mes de julio. En una situación de salarios altísimos —más altos que nunca—, y con franquicias buscando firmar acuerdos máximos a algunas estrellas, 2 millones de dólares puede ser un margen tremendo dentro de la aritmética financiera y es una cifra considerable a la hora de hablar del margen salarial. Si algunos equipos ya tenían que exprimir números para ajustar cuentas, más lo deberán hacer con dos millones menos para maniobrar.
2015-2017: la edad de oro de los salarios
Entre 2010 y 2014 en la NBA el tope salarial solo creció en cinco millones y se pasó de los 58 del verano de 2010 a los 63 del verano de 2014. El primer gran salto del siglo XXI llegó en 2015, con un incremento de 7 millones, quedándose el tope salarial en 70 millones de dólares. Es decir, en 2015 el salary cap creció más que en todo el periodo de 2010-14. Y es que durante estos cuatro años, apenas el tope se movió de los 58 millones. Así, para la 2010/11, la 2011/12 y la 2012/13 se quedó en los citados 58 millones y de cara a la 2013/14 sólo aumentó a 58,6 millones, apenas 600.000 dólares. En la 2014/15 se produjo la primera subida importante en años, incluso en la 2009/10 había bajado de los 58,7 a los 57,7 millones.
Después, el citado gran contrato de televisión que entró en vigor en julio de 2016 fue uno de los factores que permitieron ir de los 70 kilos de 2015 a los 94,1 de 2016. Ahora, ese incremento se ha frenado algo y sólo ha subido en 5 millones, que no obstante es la misma cantidad que la que se logró alcanzar en todo el periodo 2010-2014. Salarialmente se crece, pero se ha ralentizado esa subida y los planes pensados al límite no se podrán cumplir. Las franquicias deberán echar números jugar con una masa de salarios más reducida de lo que planearon
El anterior gran salto
En 1995 la NBA ya vivió un espectacular salto en el límite salarial al pasar de 15,9 millones a 23, un aumento del 44,7 por ciento, el mayor en términos porcentuales de la edad moderna en la NBA.