La lesión que terminó hace cosa de un mes con la temporada de Ricky Rubio le llegaba al base español en uno de los mejores momentos de su carrera. Los Cleveland Cavaliers, en aquel momento fulgurante sorpresa de la Conferencia Este, lamentaban la desgracia de perder a uno de los pilares de su buen hacer. Pero en la NBA no se espera por nadie, y semanas más tarde Rubio volvía a estar involucrado en rumores de traspaso por enésima vez en su carrera. «Ya ni lesionado me salvo» decía en El Larguero de la Cadena SER.
Ricky llegó a los Cavs rebotado después de unos cuantos movimientos y con la moral algo baja para afrontar su nueva aventura. Tomándose las cosas con su habitual filosofía, logró encauzar una temporada que acabó siendo más que positiva. Aunque volver a estar en el disparadero le agota. «Es algo un poco estresante, lo sufre la familia. No es bonito vivir dentro de los rumores». Eso sí, se lo toma con humor por si suena la flauta. «Sería bonito jugar con Klay y Curry». Apunta además que no está preocupado en exceso por lo que signifique esta lesión en su futuro deportivo y económico.
El español también relataba su periodo de adaptación a la recuperación de su ligamento cruzado, a pesar de que el cambio de rutina nunca es fácil. Para terminar, Ricky se mostraba fascinado por el rendimiento de su equipo, aún sin él en cancha. «Tienen algo especial».
(Fotografía de portada de Kevin C. Cox/Getty Images)