¿Remontar un 3-1? Irving ya lo ha hecho antes… en unas Finales

Paralelismo en forma de precedente de los que se cogen con pinzas. ¿Que por qué? Porque cada playoffs son absolutamente únicos e inequiparables. Y sin embargo, cotejar estos dos casos puede dar cierto juego. Especialmente porque la montaña que tienen por delante los Boston Celtics, parece más baja y menos empinada que la que tuvieron que escalar entonces. En 2016.

En aquel escenario, es cierto, en su bando había un LeBron James. Pero en frente, también, había un Curry, un Klay, un Green (en otras palabras, el conjunto del 73-9), y un incentivo inmejorable: un anillo de campeón a tan solo un partido de distancia. Y los Cavaliers, de la mano del Rey y de Kyrie Irving, cuyo triple en el Game 7 a falta de 53 segundos ha pasado a la historia, hicieron lo que nadie se atrevió a apostar. Remontar un 3-1 ante el mejor equipo en la historia en una fase regular.

Y ahora, con otra camiseta, de escudero a líder y con un nuevo pero imponente coco en frente (los Bucks de Giannis), le toca conjurarse de nuevo ante su segundo Everest.

El balón, que no entra

Lo primero, la parte de autocrítica (light), ya está solventada. «Fallé varios tiros. A veces entran y a veces no. Ellos también están haciendo un gran trabajo. Acumulan gente en la pintura cuando trato de penetrar; a veces me encuentro con dos, tres e incluso cuatro cuerpos por delante. Ahora toca prepararse para el Game 5″.

Correlación o causalidad, es innegable que el acierto individual del base encaja bastante en la ecuación victorias/derrotas de la actual serie. Los Celtics abrieron las semifinales con triunfo, perdiendo los tres siguientes. Precisamente en ese Game 1, Irving tuvo sus mejores porcentajes en el tiro: un 12 de 21 (57,1%). Desde entonces, acumula un 19 de 62 (31%). De acuerdo con ESPN Stats, esos 43 tiros al hierro es lo máximo que Irving había fallado en tres encuentros consecutivos a lo largo de su carrera.

Si en Milwaukee son Antetokounmpo y Cía, en Boston hablamos de un Irving & Asociados. Los Celtics de Stevens son, hoy por hoy, más equipo que los Bucks de Budenholzer, pero tan parejos están ambos que Tatum, Horford, Brown y Morris necesitan a su líder.

«Siento que hemos estado muy suaves», ha dicho Morris respecto al rendimiento de los suyos, consciente de que se les ha terminado el margen para el error.

Listo para el reto

«Nuestro nivel de confianza es inquebrantable. Voy a dar lo mejor de mí», finaliza Irving. Toca, ya sin excusas ni demoras, lo más complicado. Ganar en Milwaukee y traer la eliminatoria de vuelta a Boston.

Un 3-1 ante el mejor equipo del Este en RS parece inabarcable; un 3-2, con la confianza recuperada y la afición del Garden empujando como solo ella sabe…

(Fotografía de portada de Maddie Meyer/Getty Images)


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