Antetokounmpo pone a los Bucks al borde de las Finales del Este

Milwaukee gana a domicilio y se coloca con 3-1 frente a Boston

Los Bucks están a un solo encuentro de regresar definitivamente a la elite de la NBA, a unas Finales del Este que no pisan desde el año 2001, momento del que databa también la última vez que superaron una eliminatoria de playoffs. Ese mal lo habían remediado ya con el 4-0 de hace unas semanas a los Pistons, pero Milwaukee no se iba a conformar con unas semifinales del Este. Ni Giannis Antetokounmpo, el único capaz de verdad de sostener el debate sobre quién ha debido ser el MVP del curso. O él o James Harden. Y aunque para esta pelea ya no cuenten las eliminatorias por el anillo, no viene mal recordar que ambos siguen a un nivel sublime.

Anoche, Milwaukee tenía en sus manos volverse a casa con un casi definitivo 3-1. Tras arrancar la serie con una sonora derrota en su feudo, los Bucks han encadenado tres triunfos seguidos, dos de ellos en el TD Garden, que dejan a los Celtics al borde del abismo.

Este lunes, Antetokounmpo lideró otra vez a los suyos para un 101-113 que puede sonar casi a definitivo. El griego firmó 39 puntos, 16 rebotes, 4 asistencias, 1 robo y 1 tapón. Verle moverse por el parqué del TD Garden fue una delicia. Qué piernas, que primer paso, qué zancadas, qué ritmo de caderas, qué veloz, qué manera de rematar las jugadas.

El efecto Smart

Boston, con la soga al cuello, puso un buen comienzo de noche, espoleados equipo y afición por el debut en estos playoffs de Marcus Smart, que reaparecía tras una lesión en el costado producida a inicios de abril. El base puso en pie a los suyos, firmó un triple en el primer cuarto y Boston cerró ese asalto de apertura por delante (22-30). Pero estos Bucks están más frescos y posiblemente sean mejor equipo. Lo demostraron a partir del segundo cuarto, parcial de 19-25 y delantera adquirida (47-49).

Giannis, desatado

El tercer cuarto fue la consolidación de los Bucks en el partido y en la eliminatoria. Un tanteo de 23-33 es dio alas, potenciado por los suplentes George Hill (acabó con 15 unidades) y Pat Connaughton, quien dejó 9 tantos y 10 rebotes, con granitos de arena aportados, como un tapón en este periodo con los brazos alzados como torres, que fueron menoscabando el ánimo y la paciencia de los Celtics. En este momento, de nuevo volvió a quedar constatado el valor del banquillo del equipo de Wisconsin, capaz de firmar un 7-17 sin Antetokounmpo ni Khris Middleton, ambos con problemas de faltas. Tras el duelo, el propio ala-pívot griego reconoció que los suplentes han jugado un papel clave no solo en el Game 4 sino en toda la eliminatoria.

Y quedaba que reventara del todo el coloso griego. Lo hizo en el último cuarto, al que se entró con 72-80 para los visitantes y en el que Antetokounmpo consiguió 17 de los 33 puntos de los Bucks, además de 6 rebotes. Su empuje, su capacidad de ser imparable, fue lo que le faltaba a Boston para que lo remataran. Al Horford, 20 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias, Marcus Morris, con su hermano Markieff en la grada portando una camiseta de los Celtics, 18 unidades y 14 rebotes; Kyrie Irving, 23 tantos, 6 rebotes y 10 asistencias. ¿Último partido en el Garden para él?El miércoles, en Milwaukee, Game 5. Todo pasa por ahí.

(Fotografía de portada: Maddie Meyer/Getty Images)


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