El nuevo presidente de operaciones de baloncesto tiene muchas decisiones que tomar en su primer año
Minnesota Timberwolves es uno de esos equipos que no termina de funcionar pese a que parezca tenerlo casi todo para ello. Eso justo lo que ocurrió en el curso 2017-2018. Con dos números uno del Draft como Andre Wiggins y Karl-Anthony Towns, a quienes sumaron a un jugador del calibre del Jimmy Butler, el equipo entró en playoffs por los pelos y salió de los mismos a las primeras de cambio.
Quieren cambiar la dinámica. Entendiendo que el éxito del equipo es un todo, han decidido contratar a Gersson Rosas como presidente de operaciones de baloncesto para que sea quien ponga orden en todos los campos, desde la oficina hasta la cancha.
Con esa misión, Chris Hine de Minnesota Star Tribune señala que uno de los asuntos que tiene sobre la mesa es la valoración de Andrew Wiggins. El alero, quien en su momento llegó en el traspaso de Kevin Love como pieza fundamental de los futuros éxitos del equipo, empieza a verse como un jugador estancado en su evolución.
Sus números tampoco le defienden. Esta campaña ha concluido con 18,1 puntos para los que ha necesitado realizar hasta 16,6 lanzamientos por noche. Hablamos exactamente de un 41% en tiros de campo, lo que supone la peor marca de su carrera.
Con esos datos, Rosas mantendrá uno de sus ojos sobre el devenir de la temporada del small forward, a quien le restan hasta cuatro años de contrato de la vinculación que firmó con los de Minneapolis en 2017.
En cualquier caso, la salida de Wiggins no sería inminente. Rosas quiere estar seguro de la decisión que tome, por lo que será algo que irá averiguando conforme avance el curso; eso sí, todo parece indicar que tal determinación podría llegar antes de la fecha límite de traspasos, ya que la idea es perfilar el equipo para las próximas campañas a corto/medio plazo.
(Fotografía de Harry How/Getty Images)