Salt Lake City declara su amor por Hayward en su posible despedida

Tras siete años sin ver de cerca unas semifinales del Oeste, la afición de Salt Lake City fue agradecida con sus jugadores pese a caer en cuatro partidos contra Golden State. La derrota por 26 puntos que certificó la eliminación de los Jazz no impidió la satisfacción por la evolución de un equipo construido desde los cimientos. En particular, su All-Star Gordon Hayward recibió un cariño especial en Utah, dos meses antes de tomar la decisión más difícil de su carrera.

¿Último partido con Utah?

El alero volvió a completar un sólido partido, terminando con 25 puntos. Para Utah, un equipo con un alto concepto del juego colectivo, Hayward es el talento, el jugador capaz de anotar en cualquier circunstancia, siendo a la vez un defensor más que competente en el otro lado. Tras finalizar su séptima temporada, el alero tendrá la oportunidad de salir al mercado el próximo verano, disponiendo de una opción de jugador para 2017-18.

La afición de los Jazz es consciente que Gordon Hayward tendrá la opción de cambiar de aires, incluyendo una posibilidad de reunirse con Brad Stevens, su entrenador en sus dos años universitarios con Butler, en los Celtics. Tras retirarse definitivamente del partido en el último cuarto, ya sentenciado a favor de los Warriors, el alero recibió una ovación de gala, oyendo su nombre aclamado tanto en ese momento como al final del partido, ya de camino al vestuario.

Una situación salarial fascinante

Para el jugador llega ahora un periodo de reflexión, con una situación salarial que hace su decisión más complicada de lo que parece. Si bien pocos dudan que Gordon Hayward puede aspirar a un contrato por el máximo salarial y de duración (5 años con Utah, 4 con otro equipo), existe un escenario en el que puede decidir optar a quedarse un año más. Si entra en alguno de los mejores quintetos de la NBA, una posibilidad factible, será elegible para el novedoso contrato «supermáximo» que entrará en vigor este verano.

Esta posibilidad permite a un jugador recibir el 35% del tope salarial en su primer año, siempre y cuando su contrato anterior fuera de al menos tres años y no haya cambiado de equipo en este periodo. El problema, Hayward no cumple todavía otro de los requisitos: acumular ocho años de experiencia. Hasta verano de 2018, por tanto, no sería permitido que el alero tuviera un contrato de esta categoría.

Cuestión de matemáticas

Eso sí, si está dispuesto a comprometer su futuro con los Jazz hasta 2023, y en efecto acaba siendo All-NBA esta temporada, Gordon Hayward tiene otra opción. Si ejerce su opción de jugador para 2017-18 (conformándose con algo más de $16,7 millones en la próxima campaña), el alero es elegible para firmar una extensión con contrato «supermáximo» que entraría en vigor en 2018, ya con sus ocho años de experiencia NBA acumulados. Serían alrededor de $220 millones entre 2018 y 2023 que podría asegurar en el próximo mes de julio.

Por supuesto, hay dos variables importantes. La primera es que estos números no sirven de nada si no entra en uno de los mejores quintetos de la liga, y la segunda es el posible deseo de Hayward de, al menos, explorar el mercado. Tras promediar 21,9 puntos en 2016-17 y haber sido el líder de uno de los 4 últimos supervivientes del Oeste, será si así lo desea uno de los agentes libres más cotizados del mercado. Salt Lake City, al menos, ya pudo declarar su amor por el que querrían que sea el pilar de los Jazz del futuro.

 


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