La llegada de Russell Westbrook a los Wizards supone su reencuentro con Scott Brooks, quien fue su segundo entrenador en la NBA (prácticamente el primero, pues P.J. Carlesino solo le dirigió 13 partidos) y con quien coincidió en Oklahoma City entre 2008 y 2015. El técnico, ahora en Washington, valoró muy positivamente la llegada del base, aunque también tuvo buenas palabras para John Wall por su gran aportación a la franquicia capitalina a lo largo de los últimos años.
«Los logros de Russell en la pista hablan por sí solos, pero son su impulso y su voluntad de ganar lo que le identifican como un jugador único» afirmó. «Sin embargo, así como estoy deseando reencontrarme con él, me encuentro igualmente triste por tener que decir adiós a John. Es uno de los jugadores más duros y talentosos con los que he coincidido, y todos le deseamos lo mejor en esta nueva etapa».
También tuvo la oportunidad de valorar el traspaso Tommy Sheppard, general manager de los Wizards, quien también dedicó unas palabras a reconocer lo dolorosa que resultaba la marcha de Wall: «Tener la oportunidad de adquirir a un jugador del calibre de Westbrook es algo que no se puede dejar pasar tanto si miramos a corto como a largo plazo. Dicho esto, la decisión de separar nuestro camino del de John, uno de los mejores jugadores de la historia de la franquicia, ha sido extremadamente difícil. Lo que ha significado para nuestra organización y toda nuestra comunidad es inconmensurable y no será fácil de olvidar» finalizó.
Estos elogios hacia Wall no llegan de la nada, pues el base ha sido indiscutiblemente uno de los pilares de la franquicia en la última década y uno de los nombres más importantes de su historia. El base ha disputado 576 partidos con la camiseta de los Wizards, en los que ha logrado convertirse en el cuarto máximo anotador (10.879 puntos) y en el máximo asistente (5.282 asistencias) del equipo entre otros logros, haciendo que el sentimiento de pérdida esté más que justificado.
(Fotografía de portada: Pool/Getty Images)