El resultado del supuestamente partido más desigualado de la historia de la NBA fue una sorpresa impredecible. Los Lakers ganaron a Golden State Warriors 112–95 en el último partido que ha enfrentado a ambos esta temporada.
Inaudito
El encuentro estuvo marcado por la diferencia en intensidad con la que salieron ambos equipos a la pista. Los Lakers, motivadísimos, ganaron en todos los balones divididos y ya al descanso solo habían perdido una posesión por 11 de su rival. Enfrente, los Warriors, dieron muestras de no estar con la suficiente concentración y energía como para disputar un encuentro en esta liga.
El máximo anotador del choque fue Jordan Clarkson con 25 puntos, seguido de D’Angelo Russell con 21 puntos y 5 asistencias. Mención especial merece también Marcelo Huertas, quien finalizó con 10 puntos y 9 asistencias tras revolucionar el partido en diversas ocasiones.
Nefastos Warriors
Los Warriors terminaron perdiendo 20 balones y sus números en los lanzamientos de triple fueron paupérrimos: 4 de 30. Nunca antes desde que Steve Kerr es el técnico de los de Oakland habían terminado con tan pocas canastas desde el arco. Stephen Curry estuvo desconocido al terminar con 18 puntos y un 1 de 10 en triples, mientras que Klay Thompson aún estuvo peor desde el exterior para lograr 15 puntos pero fallando los 8 triples que intentó. Fue el peor partido de Curry y Thompson en tiros de tres puntos desde que son compañeros (1 de 18).
La historia se repite
A pesar de la derrota los Warriors siguen liderando la NBA con una marca de 55–6 y es el mejor balance nunca visto en la NBA tras los primeros 61 partidos. Golden State suma un triunfo más que los logrados por los Chicago Bulls de la campaña 1995–96 tras 61 partidos (54–7).
Precisamente, al igual que los Warriors, aquellos Bulls perdieron su 61º partido de la temporada un domingo por la tarde de forma sorprendente por 32 puntos de diferencia ante New York Knicks (104–72) en la que fue su derrota más dura de todo el año.
¿La mayor sorpresa de la historia?
Lakers y Warriors están realizando temporadas diametralmente opuestas en cuanto a resultados, pero en este partido se impuso el equipo con menos de un 20% de triunfos ganando al que acumulaba más de un 90% de victorias. Nunca antes en la historia de la NBA había pasado algo así.