Stan Van Gundy llevaba cuatro años como entrenador y presidente de operaciones de baloncesto de Detroit Pistons, cargos que ha visto obligado a dejar una vez que en Michigan han decidido dar por finalizada su etapa. Entre las razones que se manejan –más allá de los resultados deportivos–, se encuentra un discutible trabajo en la oficina. Por ello, una vez se supo que los Pistons querían un cambio de rumbo, se rumoreó con la opción de que el técnico se quedase en el banquillo mientras renunciaba a tomar decisiones respecto a la confección de la plantilla. Pues bien, aunque desde hace días se aseguraba que Van Gundy rechazaba tal opción, el ya ex miembro de Detroit asegura que estaba dispuesto a tal cambio de régimen.
«Tom Gores me dijo que quería hacer cambios y yo estaba dispuesto a hacer algunos bastante significativos, pero incluso eso no iba a ser suficiente. Tom acabó decidiendo que necesitaba cambiar la estructura y el liderazgo. Estaba totalmente dispuesto a trabajar con un solo rol y renunciar a la oficina para solo entrenar. No peleé por aferrarme a ese puesto, en absoluto. Estaba más que dispuesto a ser únicamente entrenador», comenta a Rod Beard de Detroit News.
A Stan Van Gundy, como es lógico, no le ha gustado su despido, sobre todo porque entiende que no le ha dado tiempo a comprobar hasta dónde podía llegar el equipo tras la adquisición de Blake Griffin. «Estoy decepcionado por no poder tener un año completo para entrenarlo con Blake y, con suerte, con mejor salud. Para mí, es lo más decepcionante desde el punto de vista de un entrenador. Realmente quería ver cómo funcionaba ese grupo. Quería tener la oportunidad de entrenarlos», sentencia.
Jackson más Griffin
Ambas partes tienen razón. Detroit, tras dar plenos poderes a SVG, es lógico que sienta la necesidad de un giro de timón tras cuatro temporadas y una sola presencia en playoffs. Van Gundy, con los dos últimos cursos lastrados por las lesiones –en particular de Reggie Jackson–, es normal que sienta que aún no ha podido desarrollar sus cualidades de entrenador con este grupo. Y por último, una verdad irrefutable: con Jackson y Griffin en pista el balance del año pasado fue de 8-4. Hay cambio de entrenador sí, pero también motivos para que los aficionados sean optimistas a corto plazo.