Los Golden State Warriors han sufrido un duro varapalo en el primer partido de las Finales de la NBA. Una derrota que dejó un sabor muy agrio por una razón principal: el sonrojante correctivo recibido en el último cuarto (40-16) después de haber protagonizado una de sus habituales exhibiciones en el tercer periodo (38-24).
Así, de nada sirvió el gran partido de Stephen Curry, el excelso trabajo defensivo sobre Jayson Tatum (apenas doce puntos) o los quince puntos de ventaja de los que llegaron a disfrutar a finales del tercer cuarto. Todo ello quedó difuminado por el parcial de 17-0 en cinco minutos recibido en el último periodo.
«Esto se trata de ganar cuatro partidos por cualquier medio necesario», afirmó Curry tras el encuentro. «Y durante 42 minutos hicimos lo necesario para ganar el partido esta noche. Pero así no funciona el baloncesto. Tenemos que volver a poner todo sobre la mesa este domingo y continuar donde lo dejamos.»
La envergadura, el físico y la defensa que caracterizan a Boston resultaron un claro problema para los Warriors, principalmente en el último cuarto. El equipo dirigido por Ime Udoka hizo un gran trabajo para proteger la pintura, alterar lanzamientos, realizar ayudas y aplicar constantes cambios defensivos. Una labor defensiva que tuvo su continuidad en la anotación de Al Horford, Jaylen Brown, Marcus Smart y Derrick White.
«Obviamente, anotaron muchos lanzamientos», continuó el base de los Warriors. «Cuando tienes a un equipo que encuentra ese ritmo anotador, es difícil recuperar el impulso. Esos muchachos anotaron muchos tiros. Jugaron bien. Sabemos que son un buen equipo. Nosotros también lo somos. Tenemos que responder el domingo.»
En efecto, los Warriors han perdido su primer partido como locales en estos playoffs, lo que supone entregar también el factor cancha. Como afirma Curry, responder en el Game 2 será obligatorio. Y aún así tendrán que luchar contra los precedentes históricos: en un 70,7% de las Finales (53-22), el equipo que ganó el Game 1 se llevó finalmente el campeonato.
(Fotografía de portada de Ezra Shaw/Getty Images)