Stephen Curry y la lógica le dan el 2-0 a los Warriors

El mejor Stephen Curry en el mejor momento posible. La mejor versión de un depredador del perímetro justo cuando más la podían necesitar los Warriors, apurados en el Game 1, ciertamente holgados en el Game 2. Y en parte esto es por Curry, colaborador imprescindible del triunfo de Golden State en el segundo capítulo de estas Finales NBA que de momento señalan un 2-0 para los de Oakland.

Éxito de los Warriors, que volvieron a poder con los Cavaliers, aunque esta vez sin la agonía del pasado jueves (122-103). Simplemente son los de Steve Kerr un equipo mejor que los Cavs, otra vez a lomos de LeBron James, solo socorrido por George Hill y por un intermitente Kevin Love.

La lógica de los Warriors, la fuerza de Curry

Es mejor Golden State y todavía lo es más si uno de sus puntales tiene la noche sagrada. Stephen Curry, después de una temporada de aquella manera, para lo que es él, después de verse trastabillado por las lesiones de tobillo, ha comparecido en las Finales a tono. Y en el segundo partido fue la pesadilla del rival, con 33 puntos, 9 triples —nuevo récord histórico en unas Finales en la NBA— y lo que era más desesperante para Cleveland, mostrando una capacidad única para enterrar cualquier resurgimiento de los enemigos.

¿Se acercaban los Cavs? Pues ahí llegaba Curry para someterlos. Realmente tiene mérito que Cleveland aguantara semejante vendaval, y no solo de Curry, durante más de tres cuartos. Porque Kevin Durant, más silencioso, acabó con 26 puntos. O Klay Thompson, con 20. O JaVale McGee, 12 puntos para él.

El efecto McGee

Hablemos del pívot. Hace unos meses en las quinielas para dejar el hueco a Quinn Cook en la plantilla. Hace unos días, alguien poco utilizado en los playoffs. Este domingo, titular en el Game 2 de unas Finales NBA. Y respondió. Vaya si lo hizo. Los citados 12 puntos, los 4 primeros del partido, completamente solo ante una defensa de los Cavaliers demasiado arriba. Y 6/6 en tiros de campo. Impoluto. Trabajo feroz y desestabilizador en 17 minutos.

Por ahí, por JaVale, empezaron los problemas para Cleveland, siempre a remolque durante todo el partido. Un 15-6 avisaba, pero si algo han demostrado los Cavs es capacidad para resistir. Al menos en estas Finales. Al término del primer cuarto, 32-28 solo en contra para los de Tyronn Lue.

Curry empieza a tejer la victoria

En el segundo cuarto hubo una realidad ya: la rotación de los Warriors, con hombres como el citado McGee, Jordan Bell, Shaun Livingston o David West, era más profunda y efectiva que la de los Cavaliers, perdidos en la inconsistencia de ejemplos como el de Jordan Clarkson, de que cuesta creer que no sea capaz de más. Pero de momento no lo es. Y solo resta.

Por el contrario. Golden State sacaba a relucir a Livingston y unos grandes minutos suyos sabien lo que sabe hacer, tiros de media distancia, santo y seña de su carrera. E incluso West, capaz de taponar a un destartalado Love en defensa, se atrevió con un triple, el primero que convierte desde noviembre.

Por si todo esto fuera poco, Curry ya asomaba por ahí, con 16 puntos al descanso, por 15 de James. Los Warriors aceleraban (59-46).

El orgullo de los Cavaliers

Una salida en tromba tras el descanso nos dejó un Kevin Love inspirado en el tiro, un parcial inicial de 0-5. Parecía que había vida, que los Cavaliers, como había sido durante todo el encuentro, se agarraban a algo. Y sin embargo, después de un esfuerzo titánico, entraron en el último cuarto solo habiendo recortado 3 puntos. Un parcial de 31-34 en ese tercer round, insuficiente porque ofensivamente no paraban al rival.

Y Curry remata

Así que el duelo entró en los 12 minutos finales, de los que sobraron unos cuantos. LeBron todavía no había descansado, pero el peso de esa lógica de la que hablamos le mandaría al banquillo, con él farfullando, en la recta última del encuentro. Antes, Curry con varios triples, uno antológico desde 11 metros (103-89) y un 3+1 había enseñado los poderes a los Cavaliers. Se coronó con el noveno triple, para una serie de 9/17, y se fue al banquillo como el mejor triplista en un partido de las Finales. Había superado a Ray Allen. Además, 7 rebotes y 8 asistencias. Ahora mismo, es el MVP de las Finales.

LeBron, 29 puntos, 9 rebotes y 13 asistencias se fue, o le mandaron al banco, para evitarle jugar los minutos de la basura. Algo habló, al aire del Oracle Arena o quizá a los asistentes o a quien quisiera escucharle. De momento, su 10º triple-doble en unas Finales tendrá que esperar, así como el hecho de superar a Michael Jordan como el jugador con más partidos de playoffs con 30 o más puntos. Ambos empatan a 109 veladas.

2-0, como en 2016 y en 2017

La serie viaja a Ohio, a Cleveland, donde vivirá como mínimo dos asaltos, el miércoles y el viernes. Al igual que sucediera en 2016 y en 2017, los Warriors se han llevado los dos primeros partidos en casa. En 2016, tras ponerse 3-1, perdieron el anillo. En 2017, tras colocarse 3-0, cedieron en el Game 4 y volvieron a Oakland para levantar el campeonato.


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