Mientras los Warriors se imponían a Utah en el tercer partido de su serie de segunda ronda, su entrenador Steve Kerr se encontraba a más de 3.000 kilómetros de distancia en una situación nada envidiable. El entrenador de Golden State pasó por el quirófano en el hospital universitario de Duke (North Carolina) para intentar resolver los problemas de espalda que le han dejado sin poder entrenar en los últimos días. Así lo confirmó uno de los propietarios de los Warriors, Joe Lacob.
Dos años de dolor
En una entrevista a Bloomberg, Lacob afirmó que Kerr se sometió a un procedimiento de drenaje espinal para aliviar su dolor en la espalda, consecuencia de una operación a la que se sometió dos años antes. Este malestar ya le dejó sin entrenar durante la primera mitad de 2015-16, sustituido internamente por Luke Walton, y en los últimos 4 partidos de Golden State de los actuales playoffs, con Mike Brown ejerciendo de técnico en la cancha.
Joe Lacob afirmó que Kerr sufre un escape de líquido espinal desde la cirugía a la que se sometió en 2015, lo cual ha causado fuertes migrañas al entrenador. El propietario de la franquicia, quien estudió epidemiología en su juventud antes de hacer fortuna como inversor, espera que este nuevo procedimiento sirva para que Steve Kerr pueda regresar al banquillo de los Warriors «más pronto que tarde».
Invictos en playoffs
«Nunca había oído hablar de mucha gente que tuviera este problema por tanto tiempo», afirmó Lacob. «Nos sentimos mal por él, los jugadores, todos lo entendemos. Sencillamente tenemos que estar en la cancha y apoyarle en lo que haga falta para que vuelva, y estoy seguro de que eventualmente lo arreglarán, ojalá más pronto que tarde».
Para fortuna de los Warriors, y particularmente de un Steve Kerr menos presionado para forzar su vuelta, el vigente finalista de la liga cuenta por victorias sus 7 partidos jugados hasta ahora en playoffs. Tras imponerse por 11 puntos a Utah, Golden State se encuentra a solo un triunfo de alcanzar las Finales del Oeste. Manteniéndose conectado a distancia (Mike Brown afirmó que habla con él al menos dos veces al día), Kerr puede disfrutar en su drama personal cómo su equipo avanza en su pelea por recuperar el campeonato.