Parece que los Golden State Warriors calzan suficiente número para ser comparados con las tallas más altas de la historia de la NBA. Sin ir más lejos, se les ha comparado en las últimas fechas —tras barrer a los Cavs en los dos primer choques de las Finales y acumular 15-0 en estos playoffs— con figuras mitológicas como los Bulls de Michael Jordan o los Lakers del showtime. Y como casi siempre que antiguos iconos oyen el ruido de un nuevo aspirante a destronarlos, el paso del tiempo tiende a idealizar sobremanera a los equipos del pasado. Especialmente en los propios integrantes de aquellas dinastías.
Sin ir más lejos, Magic Johnson alegó que «probablemente les barreríamos (a los actuales Warriors), juegan con quintetos demasiado pequeños». También ha habido voces a favor de los Bulls del 72-10, en la temporada 1995-96, en un hipotético duelo con el presente Golden State.
Steve Kerr, técnico de los aludidos Warriors, fue preguntado por todas estas comparaciones. Y tirando de ironía, salió del paso mostrando su disconformidad con cualquier menosprecio a su equipo, al tiempo que no puso a ningún conjunto histórico por delante de otro y hasta restó importancia al asunto. Sarcasmo puro de una de las mentes más avanzadas de la NBA, no solo en los banquillos. Y parece que la comparación con equipos pretéritos no le preocupa demasiado.
«Todos están en lo cierto, todos nos destrozarían, acabarían con nosotros. El juego no hace más que ir a peor según pasa el tiempo. Los jugadores tienen menos talento que antes, así que los equipos de la década de los años 50 habrían destrozado a cualquier de los que hay ahora. Es extraño cómo la evolución humana va a la inversa en el deporte. Los jugadores se vuelven más débiles, más pequeños, menos habilidosos. No sé, no encuentro forma de explicármelo», ironizó Steve Kerr, y pudo recoger Juanma Rubio, de AS NBA.
Kerr jugador
El técnico de los Warriors no es precisamente una voz desautorizada en el pasado, ya que fue jugador en dos campeones múltiples, Chicago Bulls y San Antonio Spurs, con los que cosechó hasta cinco anillos de campeón.
De hecho, el Kerr jugador fue campeón durante cuatro temporadas seguidas, entre los años 1996 y 1999, ambos inclusive.