Coincidiendo como es tradicional con la Final Four de la NCAA, el Salón de la Fama anunció los elegidos para entrar en el club más reconocido del mundo del baloncesto. Tras una edición de 2016 cargada de talento NBA como Allen Iverson, Shaquille O’Neal o Yao Ming, la clase de 2017 no presenta nombres de tanto impacto. Tres de los seleccionados tienen pasado en la NBA: los ex-jugadores Tracy McGrady y George McGinnis, y el ejecutivo Jerry Krause, recientemente fallecido.
Un anotador de lujo
McGrady, retirado en 2013, es el nombre más conocido de la nueva lista de exhaltados. El que fuera alero de Toronto, Orlando y Houston, entre otros equipos, prolonga la tradición de elegir a jugadores que hayan sido máximos anotadores de una temporada NBA al Salón de la Fama. El siete veces All-Star lo consiguió en 2002-03 y 2003-04.
Pese a que su talento ofensivo nunca le llevarían a aspirar al título (solo en su última temporada, con un rol marginal en San Antonio, llegó a pasar de primera ronda de playoffs), en el recuerdo quedaron sus explosiones anotadoras. La más memorable ocurrió durante su etapa en Houston, precisamente ante los Spurs, anotando 13 puntos en los últimos 35 segundos de partido para asegurar el triunfo. Fue en los Rockets donde McGrady tuvo un equipo más fuerte a su alrededor, pero también donde las lesiones le hicieron entrar en su declive como jugador.
Leyenda en Indiana
Aunque tuvo muy buenos años en la NBA, el nombre de George McGinnis está relacionado con la ABA, la liga paralela que fue competencia durante finales de los 60 y principios de los 70. El ala-pívot llegó incluso a ser el MVP de la ABA en 1975, durante su etapa con los Pacers en la que también ganaría dos campeonatos. Ya en la NBA, McGinnis tendría una recordada etapa en los 76ers con otro exiliado de la ABA como Julius Erving, llegando a las Finales de 1977.
Donde el ex-jugador de 66 años es más recordado, eso sí, sigue siendo en Indianapolis. Además de nacer en esa ciudad y jugar en la universidad de Indiana, George McGinnis es uno de los cuatro jugadores con sus números retirados por los Pacers, junto a dos ex-compañeros suyos en los campeonatos ABA de 1974 y 1975, Roger Brown y Mel Daniels, y a Reggie Miller.
El arquitecto de una dinastía
Su entrada oficial en el Salón de la Fama llegó demasiado tarde para que Jerry Krause pudiera verlo. El general manager de los Bulls que construyó alrededor de Michael Jordan un equipo ganador de 6 campeonatos falleció el pasado 21 de marzo a los 77 años de edad. Uno de los ejecutivos más exitosos de la historia, la ausencia de Krause en el Salón de la Fama era una de las más notorias durante los últimos años.
Krause trabajó al frente de la dirección deportiva de los Bulls entre 1985 y 2003, ganando 6 anillos en la década de los 90. Virtualmente todos los implicados en la dinastía que fue Chicago están hoy en el Salón de la Fama: jugadores como Michael Jordan, Scottie Pippen o Dennis Rodman, el entrenadador Phil Jackson y el propietario Jerry Reinsdorf. Aunque sea a título póstumo, Krause completará el reconocimiento de un equipo para la historia.
Los otros elegidos
Sin necesidad de haber hecho méritos en la NBA, otras 8 personas entrarán este año en el Salón de la Fama. Elegido en el draft de 1979 por los Celtics, aunque nunca llegara a debutar, uno de los más llamativos es Nikos Galis. El jugador nacido en New Jersey y formado en la universidad de Seton Hall, pero de origen y nacionalidad griegos, el escolta fue uno de los mejores jugadores europeos de los 80 y 90, llevando a Grecia a ser una potencia continental.
El resto de elegidos son la jugadora Rebecca Lobo (campeona olímpica y una de las pioneras de la WNBA), los entrenadores universitarios Bill Self y Muffet McGraw, el ex-jugador Zack Clayton (parte de uno de los equipos profesionales pioneros del baloncesto estadounidense, los New York Rens), Mannie Jackson (propietario de los Harlem Globetrotters), el entrenador de high school Robert Hughes y el ejecutivo Tom Jernstedt. La ceremonía de la clase de 2017 del Salón de la Fama se celebrará el 30 de julio en Springfield (Massachussetts), la cuna del baloncesto.