«Me duele y es frustrante, pero con suerte estará mejor para el cuarto partido». Así explica Trae Young sus sensaciones tras sufrir un esguince en su tobillo derecho, lesión que le cortó la progresión en el que estaba siendo un fantástico partido por su parte ante Milwaukee.
El percance se produjo cuando restaban solo 36 segundos para el final del tercer cuarto. Fue en ese momento cuando Young, después de que Jrue Holiday le robase el balón, pisaba sin querer al árbitro Sean Wright para sufrir tal torcedura. El base inmediatamente cayó al suelo y posteriormente se marchó a vestuarios para no regresar hasta ya comenzado el último periodo. Volvió al parqué, pero su movilidad se vio reducida.
«Recibí un poco de tratamiento y lo mismo haré mañana. Eso es todo lo que puedo hacer por el momento. Afectó realmente a mi velocidad de movimientos. Eso es una gran parte de mi juego, es mi habilidad para superar a cualquiera. Cuando estás por ejemplo a la izquierda y quieres cruzar, tienes que usar el pie derecho…», comenta.
Aunque se da por segura su participación en el siguiente partido, la organización quiere estar segura de que no hay un problema en la articulación de su jugador, por lo que se le realizará una resonancia magnética. Diferente historia es que el tobillo esté lo suficientemente bien como para que su juego no se vea afectado.
En el tercer partido, el cual los Hawks parecían tener controlado por momentos, pasaron de verse siete puntos arriba ya en el último cuarto a perder finalmente por 11 (102-113). Trae Young, quien acabó con 35 puntos, solo pudo anotar tres en el último periodo tras regresar del vestuario. Contar con su mejor versión se antoja clave para Atlanta de cara al cuarto encuentro.
(Fotografía de Todd Kirkland/Getty Images)