Está siendo una eliminatoria de alto voltaje. Knicks y Hawks llevan cuatro batallas en las que ni las diferencias en el marcador de los dos últimos encuentros han disminuido nimiamente la intensidad. Faltas duras, algún golpe a destiempo, cruce de palabras ‘amistosas’ durante los partidos, jugadores encarándose… No está faltando de nada en esta serie que por ahora domina 3-1 Atlanta, y de la que Trae Young entiende que lo más duro aún está por llegar.
«Obviamente, el último partido es el más difícil. El último para cerrar será el más duro. Sabemos que probablemente serán un poco más físicos, un poco más agresivos, jugarán con mucha más energía. Pero en lo que nos concierne a nosotros, simplemente tenemos que hacer lo mismo. No podemos ser en ningún caso complacientes con lo que hacemos. Lo hemos conseguido en casa y ahora tenemos que aportar aún más energía en la carretera», avisa.
En sus primeros playoffs el base de los Hawks está sorprendiendo, ya no por sus números espectaculares (27,7 puntos y 10,3 asistencias), sino por una personalidad que está sirviendo de guía para todo el equipo. Además, el conformismo no ha aparecido en momento alguno, y a ello también ayuda que el head coach, Nate McMillan, les mantenga alerta.
«Como ya he dicho a nuestros muchachos, el partido para terminar de eliminar a un equipo será sin duda el más duro de la serie. Sabemos que estarán ahí y pelearán. Ese será el partido más difícil de la serie. Espero que sea muy físico. Espero que ambos equipos lleguen con urgencia al próximo partido», recalca.
Lo cierto es que hasta el momento Atlanta ha mostrado una autoridad hasta cierto punto inesperada. El primer partido lo resolvieron sobre la bocina, y desde entonces, salvo por la remontada sufrida en el Game 2, han frenado a los neoyorquinos pese al ímpetu de estos. En la madrugada del miércoles al jueves tendrán la oportunidad de dar el golpe definitivo en el Madison Square Garden.
(Fotografía de Todd Kirkland/Getty Images)