Atlanta no se rinde. Los chicos de Nate McMillan dieron anoche un nuevo paso en su fantástica carrera de playoffs para remontar a Philadelphia y poner el 2-2 en la serie con un determinante Trae Young, quien se sobrepuso a sus dolores en el hombro derecho y a un mal comienzo de partido para firmar 25 puntos y 18 asistencias y liderar el apretado triunfo de los suyos por 103-100.
Hay eliminatoria aunque por momentos pareció que los Sixers iban camino de poner un 3-1 casi definitivo. Los Hawks, al principio superados, supieron aguantar y aprovechar su momento. De poco sirvió que los de Pensilvania empezasen mejor hasta el punto de ponerse 18 puntos arriba a 1:43 minutos del descanso (42-60). Todo lo que eran buenas noticias se tornaron en lo contrario tras el paso por vestuarios para los dirigidos por Doc Rivers. En el tercer cuarto Atlanta se puso a un solo punto. En el último, en un final en el que los fallos de ambos predominaron, los locales supieron dar el golpe.
Para culminar la remontada, los Hawks contaron con un Trae Young que demostró una vez más cuánto le gustan los grandes momentos. A 9:16 minutos del final era Philadelphia el equipo que dominaba 88-92. Desde ese momento los visitantes lograron un solo punto en seis minutos mientras que el base All-Star de los Hawks anotaba o asistía en los últimos 15 minutos de su equipo. Pese al mencionado apagón, los 76ers llegaron a verse también por delante 94-98 a 2:44 del final. Tampoco les sirvió. Joel Embiid no tuvo su noche y Young acabó cerrando el encuentro desde la línea de tiros libres.
«Este equipo nunca se rinde, no importa cuál sea el marcador. Me encanta la forma en que peleamos y estoy orgulloso de nuestro equipo esta noche», comenta el base, quien contó con la colaboración de los 22 puntos de Bogdan Bogdanovic y de los dobles-doble de Clint Capela (12 puntos y 13 rebotes) y John Collins (14 puntos y 12 rebotes).
El peor día de Embiid
Philadelphia es lo que es Joel Embiid, y si este no está bien… todo se complica. Anoche el pívot concluyó con 17 puntos y 21 rebotes, pero firmó un 4 de 20 en tiros de campo (0 de 12 en la segunda parte). Fue una gran losa para los Sixers, quienes además vieron como se marchaba al vestuario en el segundo cuarto. Tal y como dice el propio protagonista, todos sabemos que juega con una lesión en la rodilla derecha.
«Incluso antes de marcharme al vestuario, ya sentí que no estaba en ritmo», comenta antes de señalar que su problema es conocido por todos. «Supongo que ya se sabe. Ya no es necesario que me explique. Solo intento hacerlo lo mejor que puedo».
La buena noticia para Philadelphia es que en una noche aciaga de su mejor jugador se quedaron a solo tres puntos de Atlanta. Ese dato debe darles esperanzas para lo que resta de serie. Doc Rivers por su parte aclara que seguirá apostándolo todo a Embiid. «He entrenado en muchos partidos en los que los muchachos no han encontrado su momento en toda la noche, pero siguen siendo tus muchachos. Seguiré con Embiid lo tenga en marcha o no».
Más allá del center, los de Pensilvania contaron con 20 puntos de Tobias Harris y 17 de Seth Curry. Ben Simmons por su parte rozó el triple-doble con 11 puntos, 12 rebotes y 9 asistencias.
El hombro de Young
Fue algo que sorprendió al propio Nate McMillan. Young se quitó la ropa de entrenamiento y su hombro derecho apareció vendado. «Me miró como si no lo supiera. Le dije ‘Estamos bien, vamos a ganar'». Lo cumplió, pero no por ello la preocupación descendió. El base falló sus primeros cinco tiros y al marchar al banquillo le colocaron una manta térmica sobre el mismo. La historia acabó bien para los Hawks, pero está por ver hasta qué punto afecta al point guard los dolores en su hombro derecho. «Cuando se quitó la ropa de calentamiento fue la primera vez que vi eso. Obviamente, algo le pasa en el hombro, pero no se ha quejado. Falló algunos tiros que normalmente convierte… pero se mantuvo en pista. Es un chico duro», sentencia el head coach.
(Fotografía de Kevin C. Cox/Getty Images)