Le va a tocar rascarse el bolsillo, de eso no cabe la menor duda. Durante el choque entre los 76ers y los Pacers, Paul George acabó siendo expulsado. Era un partido clave para las aspiraciones de Indiana a la hora de alcanzar una de las últimas plazas en playoffs del Este, y el alero se pasó de revoluciones en sus acciones con Gerald Henderson – este también acabaría expulsado –.
Tras el encuentro debió haberse guardado ese calentón, pero decidió comparecer ante los medios y soltar todo lo que tenía guardado en su cabeza. Una rajada que va a traerle consecuencias en las próximas horas.
“Todo el mundo sabe lo que pienso de los árbitros. Esta noche ya no tengo más fe en ellos. Llevaba toda la noche avisando de lo que él iba a hacerme [sobre Henderson], de las cosas que estaba haciéndome, y ellos permitieron que esa mierda siguiese”, dijo George en declaraciones recogidas por NBC Sports.
“Me estuvo dando golpes, lanzándome puñetazos al estómago durante todo el partido. Y yo no tomé represalias hasta el final del partido y lo hice porque los árbitros no estaban haciendo nada. Me lanzó un codazo al cuello, y ahí recibí otra técnica por nada. Así que no tengo ningún respeto por los árbitros. Mierda de trabajo [el arbitraje]”, siguió el jugador. “Toda la noche fue muy física. Y otra vez, ellos no hicieron nada después de que les dijese lo que estaba pasando. No hicieron nada de nada. Es de locos”.