La lógica se ha impuesto con rotundidad en el camino de Troy Weaver. Aunque desde Detroit se anunció hace tiempo que el cambio de dirección de la gerencia no le afectaría más allá de dejar de tener gran parte de la toma de decisiones, finalmente las consecuencias han ido más allá hasta el punto de dejar de ser de manera inmediata general manager de los Pistons.
El adiós de Weaver coincide irremediablemente con la contratación de Trajan Langdon como presidente de operaciones de baloncesto. El ya ex general manager de New Orleans Pelicans encabeza la reestructuración de la oficina de la organización de Michigan y en ese plan, como es normal, no entra Weaver.
Que se haya promovido un gran giro de timón no es sorprendente. Detroit ha tenido el peor récord de la NBA en las últimas dos temporadas y ganó sólo el el 23 por ciento de sus partidos en los cuatro años con Weaver a cargo de las operaciones de baloncesto. Quien sí ha hecho progresar notablemente a su equipo ha sido Langdon, quien ha llevado a los Pelicans a ganar hasta 49 partidos en la campaña 2023-24.
Lo cierto es que los datos invitaban a tomar decisiones drásticas. Detroit concluyó el la campaña con un balance de 14-68, cayendo por el camino en 28 encuentros consecutivos para establecer un nuevo récord negativo en la NBA. Mirando más ampliamente a la situación con Weaver, tenemos que en cinco años han acumulado un balance de 74-244…
Mirando ya a presente y futuro, este año tampoco han tenido demasiada suerte en la lotería del draft, ya que han caído hasta el pick número 5. En cualquier caso, sigue confiando en dar forma a un proyecto ganador alrededor de Cade Cunningham.
(Fotografía de Nic Antaya/Getty Images)