Incluso con menos de la mitad de temporada por jugarse, Raptors y Celtics no disputaron un partido cualquiera de temporada regular. Los dos proyectos mejor situados como alternativas de Cleveland en el Este se enfrentaron en un duelo decidido gracias a un excelso final de las estrellas de Toronto. Liderados por un DeMar DeRozan en estado de gracia, el equipo canadiense acabó imponiéndose por 114-106.
Dominio céltico inicial
Si Boston hubiera ganado, Raptors y Celtics estarían ahora igualados en el segundo puesto del Este. Una pelea con repercusiones no solo para Playoffs (el segundo tendría factor cancha a favor en unas hipotéticas semifinales de Conferencia) sino en el All-Star. Con Tyronn Lue, entrenador de los Cavs, inelegible para dirigir al Este tras haberlo hecho en 2016, Dwane Casey y Brad Stevens son hoy por hoy los grandes candidatos a sucederle.
Con el horizonte de Playoffs posiblemente en la mente de los jugadores (el All-Star, por lo general, queda como un trámite engorroso para los entrenadores), ambos equipos disputaron un partido competido e intenso, aunque no siempre de gran calidad. Tras un primer cuarto poco brillante, el segundo vio a unos Celtics en estado de gracia con Isaiah Thomas (27 puntos) y un sorprendente Gerald Green (14 puntos desde el banquillo de estiletes).
Un final de estrella
Los Raptors sobrevivían por los destellos de DeMar DeRozan y Kyle Lowry. Pero su segunda mitad, especialmente del escolta, fue cegador. En el tercer cuarto, 19 puntos de DeRozan devolvían a los Raptors a competir por un duelo que llegaron a ir perdiendo por 16 puntos. Y, al final del partido. llegó la sentencia. Un parcial de 23-6 para cerrar en los últimos 6 minutos de partido le daban la vuelta completa al duelo.
Kyle Lowry terminó con 24 puntos y 9 asistencias, Jonas Valanciunas (18 puntos y 23 rebotes, 11 ofensivos) tuvo apariciones clave al final, pero el héroe fue DeMar DeRozan. Sus 12 puntos (de 41 totales) en los 6 minutos decisivos serían la clave de un valioso y necesario triunfo para los Raptors que habían perdido cinco de sus siete partidos anteriores. De momento, su condición de principal aspirante al trono de los Cavaliers sigue intacta.